A las empresas les toca tirar de ingenio e imaginación, que no son las dos mayores virtudes que ha demostrado los gerifaltes del toreo. La ... manifiesta falta de visión de futuro de los últimos años pueden empezar a pagarla ya. La retirada de Morante abre la puerta del desierto desde ya. Se ha ido el torero que sostuvo el interés, el mando, los alicientes y la envergadura del año. El de La Puebla se convirtió en los grandes escenarios en un torero taquillero, además de todo lo que le bendice. Con ese poder de convocatoria no contaban las empresas no hace mucho. La puerta grande de Madrid disparó el interés de todo el mundo. Y por muchas más de su comprometida apuesta se convirtió en novedad con casi 30 años de alternativa a cuestas.
No tanto de pero casi estuvo casi de brazos cruzados el estamento empresarial, sin pensar en el futuro del toreo, sin preocuparse de rejuvenecer el escalafón, sin dar oportunidades para que salieron novedades para el público que se cansó de ver siempre a los mismos con lo mismo. No hubo en la historia ya no una primera línea de figuras tan veteranas si no una segunda fila tan prescindible como inamovible de manera injusta taurinamente hablando porque su lugar de privilegio hace tiempo dejó de obedecer a los méritos en el ruedo a favor de los espurios intereses empresariales que ni satisfacían al público ni al futuro de la tauromaquia. Y ahora con Roca Rey casi pidiendo oxígeno, con El Juli disfrutando de su plácido retiro y con el adiós de Morante, a los públicos le cansan ya los Manzanares, Castellas, Talavantes, Pereras... Y ahora, de repente, no pueden surgir cual setas con las primeras lluvias de este otoño tardío dos o tres jóvenes de la nada que no solo sepan torear bien sino que además tengan el tirón popular para satisfacer lo único que le interesa a los empresarios, que ni pensaron ni quisieron pensar en el mañana, ni invertir en el reemplazo natural y obligado de los maestros. Prefirieron agotar la teta de la vaca sin pensar en darle de comer y menos en sacarle nuevas crías. Por eso apelar ahora a su ingenio, a su compromiso y a su innovación parece algo más que un milagro.
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