Borrar
Desplante de Morante de la Puebla a un toro de Domingo Hernández en La Maestranza. EUROPA PRESS
Morante, nada es imposible

Morante, nada es imposible

  ·

 

Javier Lorenzo

Salamanca

Jueves, 8 de mayo 2025, 07:00

Una semana después de Morante el mundo sigue toreando a una mano. A sus 45 años continúa siendo un torero con una expectación máxima en todas sus apariciones, capaz de acaparar todas las miradas, entre otros muchos alicientes. Simplemente porque sigue siendo capaz de sorprender y emocionar como no hace ninguno en el escalafón. A sus 28 años de alternativa, que cumplirá el día de San Pedro, Morante es el dueño de la ilusión del aficionado. Escribió Antonio Lucas en su magistral perfil en El Mundo que «el toreo es una manera de sentir el arte de otro modo». Y eso es lo que hace Morante, y con lo que marca las diferencias: hacer sentir el arte. No hace falta saber de toros, no hace falta conocer los secretos del toreo, ni la técnica, ni las suertes. Ni nada. El toreo es un arte de sensaciones. Y Morante las transmite. Ahí está su inigualable e inimitable grandeza. Por eso Morante es quien es. Y nadie llega donde él llega.

Un torero que es capaz de luchar contra sí mismo. De vencer sus miedos en esa lucha diaria con su mente. Incluso es capaz de superar sus mismos registros, por muy imposibles que parezcan. La ilusión por Morante no tiene fin. Tanto que incluso él es capaz de terminar haciendo lo que él creía imposible. El pasado invierno le confesó a Bayort hablando de los banderilleros antiguos que recibían los toros de salida antes de entrar en escena sus maestros que es imposible dar más de dos lances a una mano seguidos. Por la complejidad del trance. Por la dificultad de la suerte. Por la imprevisibilidad de las embestidas recién salido el toro. Por todo el riesgo que entraña. Pues Morante, aquel torero que dijo que aquello era imposible, se enfrascó en un ramillete de lances a una mano memorable que ha conmovido el mundo. No solo soltando la capa y cambiándosela de mano sino ligando hasta ¡seis! que provocaron una catarsis generalizada de La Maestranza. Él mismo dijo que nadie era capaz de dar más de dos... Lo imposible era una maravillosa realidad. Le siguió el recorte enroscándose el toro a la cintura y una brionesa de remate, tan ligado, tan preciso, tan precioso, tan inesperado... que ese saludo ya forma parte de la historia del toreo. Así.

Morante rescataba, para sorpresa de todos, suertes pretéritas de una tauromaquia inmarchitable que revitaliza como nadie dotado al toreo de un carácter inmortal. Y así sigue, sorprendiendo quien más insiste, investiga y apuesta por la historia del toreo. Por eso crece como nadie. Porque su toreo lejos de caducar mejora y evoluciona cada día. Y así llegará hasta donde él quiera llegar. Y, además, aquellas dos orejas del jueves en Sevilla, parecen haberle desatado un poco más si cabe. Y está más valiente, más capaz, más poderoso, más arrogante y más comprometido que nunca. Pone su cuerpo donde otros ponen su muleta. Y se los sigue pasando más cerca que ninguno. Hoy justo hace ocho días del suceso de La Maestranza, quedan veinte para la primera de Las Ventas. Rendida Sevilla, Madrid le espera más ansiosa que nunca. Y allí puede pasar cualquier cosa.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Morante, nada es imposible