Filósofo, 43 embestidas para entrar en la historia

Y un cierre de trasteo en el que los naturales se fundieron con otros ayudados para seguir atemperando a un animal al que no se le agotó el depósito de la bravura. Filósofo, con el hierro salmantino de Olga Jiménez es ya uno de los toros de la Feria de Abril, en competencia directa hasta el momento con Príncipe de El Parralejo, lidiado en quinto lugar el jueves en el mismo escenario; y también con Patatero, otro quinto, de Victorino Martín del sábado, premiado con la vuelta al ruedo. Aquel lo desorejó Daniel Luque en la que ha sido hasta el momento la gran obra de la temporada; el mismo premio fue para Manuel Escribano.

Dos orejas también fueron a parar a las manos de Emilio de Justo, que tuvo el mérito de contener la bravura, plantándole cara con firmeza, seguridad y buen toreo a este Filósofo que ya ha entrado en la eternidad de los toros bravos que quedan para siempre en la memoria de los aficionados. Un toro la para historia. Por el momento los tres se sitúan en el podio de la feria. Para gustos, la más variada bravura del toro.

Fueron 43 muletazos exactamente, repartidos dentro de un torrente de bravura, de emoción, de intensidad, de movimiento, de empuje y de entrega. Tenía muchos más. Antes había empujado de lado y con un pitón en el primer encuentro con el peto, al picador le costó meterle las cuerdas y en cuanto el toro las sintió, sin salirse del peto, se afanó con fijeza, codicia y gran entrega. En el segundo castigo se volvió a arrancar con alegría y sin dudas, le midieron el castigo y aún así él se mantuvo encelado en la pelea. No fue espectacular en este examen pero tampoco restó. Con aquellos 43 muletazos quedó en todo lo alto y logró la unanimidad más absoluta. Se llegó a rumorear con el indulto. El toro había hecho más que méritos suficientes.

Filósofo, criado en los cercados de Zarzosillo —en los campos salmantinos de El Cabaco—, hubiera seguido el camino de Arrojado de Cuvillo (2011), de Cobradiezmos de Victorino Martín (2016) y de Orgullito de Garcigrande (2018), los tres últimos a los que se le perdonó la vida en esta plaza. Filósofo no hizo menos méritos que ellos, pero se quedó a las puertas de la gloria. Salió el pañuelo azul al palco, como en 2019 con Arrogante, de Garcigrande, donde estaba el antecedente del último gran triunfo de un toro charro en La Maestranza. Los únicos de este siglo.