Borrar
Manchas de sangre tras una agresión en un local de Salamanca. ARCHIVO

Un vaso, un bastón, una jarra... cuando los objetos cotidianos se convierten en armas en los tribunales

La ley castiga las agresiones con instrumentos peligrosos como lesiones agravadas, incluso cuando no causan la muerte. Usar cualquier medio capaz de causar daño grave puede suponer penas de hasta cinco años de prisión

M. C.

Salamanca

Lunes, 6 de octubre 2025, 06:15

Comenta

De la jarra a la botella, del vaso a un simple bastón. Objetos de uso común que, en cuestión de segundos, se transforman en armas improvisadas y agravan la responsabilidad penal de quienes los emplean, incluso cuando las lesiones no resultan mortales.

La Audiencia Provincial de Salamanca y los Juzgados de lo Penal tramitan cada año numerosos procedimientos por agresiones cometidas con utensilios domésticos convertidos, a ojos de la Justicia, en instrumentos peligrosos. En todos ellos, el uso de estos objetos determina una agravante legal: no se trata de simples lesiones, sino de lesiones agravadas por el medio empleado, con penas sensiblemente superiores a las previstas para un ataque sin instrumento.

Uno de los escenarios más frecuentes es la noche salmantina, donde las peleas y riñas en zonas de ocio derivan con frecuencia en lesiones graves, con vasos o botellas de por medio. En los últimos años, las salas de vistas han acogido una sucesión de casos con el mismo patrón: las discusiones se convierten rápidamente en peleas por el alcohol, las drogas y la adrenalina.

El pasado mes de febrero, el Juzgado de lo Penal número Uno de Salamanca condenó a una mujer a un año y medio de prisión por cortar la cara a un joven con un vaso a la salida de un local en la plaza de Monterrey. La acusada sumió su culpa y aceptó la pena, comprometiéndose a pagar 2.500 euros de indemnización, tras abonar en el acto 1.000.

No hace ni un año, en noviembre de 2024, una joven de 19 años fue detenida tras agredir con un vaso a un chico en un local de la Plaza Mayor, causándole cortes en el rostro que necesitaron sutura.

Solo unas semanas antes, el Tribunal Superior de Justicia ratificaba la condena impuesta por la Audiencia de Salamanca a otra mujer, que en los baños de una discoteca del Corrillo rompió un vaso en la cara de otra joven. Tres años de prisión y más de 9.000 euros de indemnización fue el precio de aquel gesto impulsivo.

Los ejemplos no se limitan al ocio nocturno. En Béjar, un hombre ha sido acusado este año de arrebatar el bastón que utilizaba para apoyarse a otro varón y golpearle repetidamente hasta rompérselo en la cabeza. El caso se verá mañana en los Juzgados de lo Penal, la Fiscalía le pide 3 años de prisión.

En la capital, un vecino ha sido acusado de lanzar una jarra a su pareja durante una discusión doméstica, causándole lesiones en la nariz. Será juzgado este martes para enfrentarse a penas de casi 5 años de prisión que le pide la Fiscalía.

El Código Penal español castiga las agresiones con el uso de objetos peligrosos, como los vasos de cristal, con penas que van de los 6 meses a los 3 años de prisión, y hasta 5 años si las lesiones son graves. Sin embargo, muchos parecen no ser conscientes de las consecuencias jurídicas y personales de sus acciones, a pesar de que las heridas que dejan son, en muchos casos, permanentes.

La violencia no es exclusiva de Salamanca, pero la ciudad parece vivir un repunte de agresiones en los últimos años, especialmente de noche y en las zonas de ocio. Las estadísticas judiciales y policiales indican un aumento de este tipo de delitos, que ahora no solo incluyen peleas físicas, sino también amenazas y el uso de objetos peligrosos como vasos o botellas rotas.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Un vaso, un bastón, una jarra... cuando los objetos cotidianos se convierten en armas en los tribunales

Un vaso, un bastón, una jarra... cuando los objetos cotidianos se convierten en armas en los tribunales