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Salamanca
Miércoles, 16 de abril 2025, 17:13
Un tropiezo fingido, una cartilla bancaria robada y una mujer mayor desorientada en la puerta de un supermercado. Ocurrió este mismo viernes en Salamanca. La víctima, una mujer de 79 años, acababa de sacar 500 euros de su cuenta y apenas había gastado 20 cuando un joven se cruzó en su camino, tropezó con ella y, entre disculpas y confusión, le sustrajo el dinero y la cartilla. El ladrón fue detenido poco después, pero los 480 euros casi habían volado. Es el último caso de una larga lista de mayores salmantinos que, en los últimos meses, han sido víctimas de robos, estafas e incluso abusos cometidos por sus propios familiares.
Hace poco más de dos meses, una anciana acabó en el Hospital con la cadera rota tras quedar atrapada en un violento forcejeo en plena plaza de España. Un joven de 19 años, en plena huida y tras golpear a un agente, cayó sobre ella y también sobre el policía, arrastrando a ambos al suelo. El chico había protagonizado momentos antes un altercado en la Gran Vía, y la intervención policial terminó con una mujer de más de 80 años lesionada y trasladada en ambulancia. El autor, un joven chino fue detenido pero tras pasar a disposición judicial quedó en libertad provisional.
Y si el peligro está a veces en la calle, otras veces puede encontrarse mucho más cerca. Los Juzgados de Colón esperaban acoger el pasado 8 de abril el juicio a un hombre acusado de apropiarse de más de 13.000 euros de su propia abuela, una anciana incapacitada judicialmente, juicio que tuvo que ser suspendido al renunciar el acusado a su abogado. Él era su tutor legal y, según la calificación provisional de la Fiscalía, aprovechó su posición para vaciar su cuenta en múltiples reintegros sin justificar entre 2020 y 2021. El Ministerio Público pide para él dos años y medio de cárcel y una indemnización a los herederos de la víctima.
Pero quizá la técnica más clásica es la del 'abrazo cariñoso', que como no ha vuelto a la sección de Sucesos en el último año en Salamanca con motivo del señalamiento del juicio contra una presunta especialista en este timo. A finales de 2022, la mujer, de nacionalidad rumana, abordó a un anciano en el parque de los Jesuitas. Primero le pidió un cigarro, luego intentó besarle y, mientras lo abrazaba, le robó una cadena de oro valorada en más de 1.000 euros.
Estos son solo algunos ejemplos con los que se encuentran nuestros mayores dentro y fuera de casa. Personas solas, con movilidad reducida, desorientadas o confiadas, que se convierten en blanco fácil de la delincuencia. A pesar de las campañas de prevención, los cuerpos policiales advierten de que este tipo de delitos no solo persisten, sino que se han hecho más sofisticados, y lo que antes parecía anecdótico es ahora una realidad que se repite demasiado a menudo.
La mayor vulnerabilidad y la falta de una red de apoyo sólida hacen de los ancianos el perfil perfecto para el robo, el engaño o incluso la manipulación emocional con fines económicos. Salamanca no es ajena a esta tendencia y los casos se acumulan en los juzgados.
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