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S.H., el preso que se fugó del Hospital de Salamanca en la mañana del jueves y que fue detenido seis horas después por los agentes de la Policía Nacional en las inmediaciones del Cementerio San Carlos Borromeo, fue trasladado hasta dependencias policiales, en las instalaciones de la Comisaría de Policía ubicada en la calle Jardines, donde ha pasado la noche en el calabozo.
Según ha podido saber LA GACETA por fuentes cercanas al caso, se espera que el recluso, y ahora detenido, sea trasladado a lo largo del día de este viernes al Juzgado de Guardia de la ciudad para la celebración de un juicio rápidopor un delito de quebrantamiento de condena. Posteriormente, reingresará en el Centro Penitenciario de Topas.
La fuga tuvo lugar sobre las 10:30 horas del jueves cuando tras ser atendido en el servicio de traumatología, donde le cambiaron una escayola en un brazo, S.H. aprovechó un descuido para salir corriendo y darse a la fuga, al parecer, por farmacia.
Tras emprender la huida, los agentes de la USECIC de la Guardia Civil, en una operación conjunta con la Policía Nacional y Local iniciaron un amplio dispositivo de búsqueda y captura por las inmediaciones del Hospital, la zona de Huerta Otea, del río y del Campus Universitario, entre otras.
Seis horas después, el operativo dio resultado y fue localizado sobre las 16:00 horas por agentes de la Policía Nacional en las inmediaciones del Cementerio San Carlos Borromeo, por la avenida Luis de Camoens. Al parecer fue un ciudadano el que dio el aviso a los agentes policiales al observar a un individuo que circulaba en bicicleta con un casco y que coincidía con las descripciones y la fotografía hecha pública del reo.
Tras su arresto, fue trasladado de nuevo al Hospital de Salamanca para atenderle de la fractura en el brazo, ya que en el momento de la detención S.H. no tenía la escayola.
Cabe recordar que S.H.—de unos 22 años y de origen marroquí— se encontraba en el módulo 7 de la prisión por un delito de robo con fuerza con una condena corta. Al parecer, previamente había estado interno en una cárcel de Granada. No estaba considerado como violento y en el momento de la huida no portaba ni teléfono móvil ni dinero y tampoco iba esposado, según pudo conocer este medio por fuentes cercanas al caso.
En actualización
La redacción de LA GACETA DE SALAMANCA trabaja en estos momentos para actualizar y completar esta información.
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