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Salamanca
Jueves, 8 de mayo 2025, 06:15
M.S., una mujer de nacionalidad marroquí, se sentará el próximo lunes, 12 de mayo, en el banquillo del Juzgado de lo Penal número Uno de Salamanca acusada de robar a un hombre de avanzada edad tras ganarse su confianza. Según el relato de la Fiscalía, abordó al anciano en la calle bajo el pretexto de ayudarle con las bolsas de la compra y, aprovechando su vulnerabilidad, lo acompañó a su casa, donde le sustrajo dinero y joyas de gran valor.
La mujer abordó a su víctima en una calle de Salamanca. Según el relato del Ministerio Fiscal, la acusada aprovechó que el anciano se encontraba solo y le ofreció su ayuda para cargar las bolsas de la compra, acompañándolo hasta su hogar, en el que reside con su esposa que en ese momento se encontraba ausente.
Una vez dentro de la vivienda, se apoderó de 450 euros en efectivo y diversas joyas de gran valor, valoradas en más de 11.000 euros, según la tasación pericial. Entre los objetos sustraídos se encontraban relojes, anillos y cadenas de oro, algunas de ellas con brillantes y perlas.
La Fiscalía considera que estos hechos constituyen un delito de hurto, por lo que solicita una pena de un año y seis meses de prisión para la acusada, así como el abono de una indemnización de 11.852 euros (el importe exacto en el que han sido valoradas las alhajas). Aunque M.S. tiene antecedentes penales, estos no son computables en esta causa, ya que son de delitos anteriores que no tienen relación con el actual.
Este tipo de delitos, en los que las víctimas son personas mayores, se repiten con asiduidad en Salamanca capital y provincia. Casos como el de M.S. se suman a otros recientes que han sacudido la ciudad, como el ocurrido en abril del pasado año se senaló el juicio contra otra mujer de la misma nacionalidad acusada de sustraer una cadena de oro a un anciano en el parque de los Jesuítas de Salamanca con el método del 'abrazo cariñoso'. Primero le pidió un cigarro, luego le abrazó e incluso intentó besarle, lo que finalmente le permitió robarle la joya.
Hurtos como el del 'abrazo cariñoso' o el de 'la mancha' son las estrategias de las que se valen muchos de este tipo de estafadores para abordar y sustraer al descuido efectos de valor a víctimas vulnerables, generalmente personas mayores. Miembros de bandas especializadas, la mayoría itinerantes, que se aprovechan de la debilidad de su presa para apoderarse del botín.
Y peor aún es el caso de otros delincuentes que llegan a colarse en casa de sus víctimas para apoderarse de lo que esté a su alcance. Casos que en la mayoría quedan en simples hurtos, que se van acumulando en el expediente del o la delincuente, pero que en otros -afortunadamente los menos- acaban por irse de las manos como en el de 'la envenenadora de ancianos', María Rosario Santos Prieto, condenada a 31 años de cárcel por matar a un nonagenario invidente al que había drogado para robarle tras acompañarle a su casa de la calle Íscar Peyra en 2015.
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