Imágenes exclusivas: así quedó la habitación del hotel del Zurguén arrasada por el fuego por un cigarro encendido

LA GACETA ha tenido acceso a las imágenes de la habitación del Hotel Nuevo Lorenzo, en la calle Saavedra y Fajardo del barrio del Zurguén, donde este lunes de madrugada se declaró un incendio que dejó un trasladado al Hospital, otros cinco afectados -dos menores entre ellos- y múltiples daños como se observa en las fotografías. La estancia, situada en la segunda planta, ha quedado completamente inservible tras un fuego que pudo haber provocado una auténtica desgracia y que, según ha manifestado el administrador del establecimiento, se originó porque el huésped «fumaba en la habitación».

Las fotografías muestran el escenario del siniestro: el somier reducido a cenizas, el techo manchado por el humo y numerosos objetos personales quemados desperdigados por el suelo. «Es un milagro que todo funcionara bien, que las puertas cortafuegos aguantaran y que los clientes reaccionaran a tiempo», resume Juan Medina, administrador del hotel, en conversación con este periódico.

Medina relata que el huésped llevaba varios días alojado en el hotel y que el personal había encontrado colillas en su cuarto en más de una ocasión: «La camarera vio colillas y yo le llamé la atención. Le dije: 'Mire señor, en las habitaciones no puede fumar'. Se lo dijimos varias veces».

Según explica, el hombre, de unos 35 o 40 años y al parecer de Zamora, había salido de un centro de rehabilitación, tras lo que se había instalado en el hotel y pasaba las noches fumando y bebiendo cerveza en la habitación.

«Bebía, fumaba, pedía comida… Estaba fumando en la cama. Fue un accidente por negligencia», ha señalado el responsable del establecimiento.

Tal y como desde un principio han señalado las fuentes del caso consultadas, Medina manifiesta sin ninguna duda que el origen del fuego fue «un cigarro encendido que prendió el colchón».

A las 03:36 horas varios huéspedes comenzaron a alertar de la humareda. Antes de que llegaran los Bomberos, un grupo de turistas portugueses acudió con un extintor y sofocó las llamas.

«Gracias a esos chicos no fue una tragedia», asegura Medina, y cuando los servicios de emergencia llegaron los bomberos se centraron ya en ventilar la segunda planta, que estaba inundada de humo. Además los huéspedes fueron primero confinados en sus habitaciones y más tarde, cuando se pudo, se produjo la evacuación del inmueble.

Los sistemas de emergencia funcionaron: se sectorizó la planta, se ventiló la zona inundada de humo y se procedió a la evacuación temporal de los huéspedes.

El administrador admite que la noche fue larga: «Estuve hasta las cinco de la mañana, organizando, hablando con el seguro. Pago siete mil euros de alquiler al mes. Ahora esto es una crisis para nosotros».

Eso sí, a pesar del susto, Medina se queda con lo esencial: «Lo más importante es que no pasó nada peor. Había dos niñas. Podía haber sido una desgracia».

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