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Tras cuatro años memorizando el marco jurídico vigente, estudiantes en prácticas de cuarto de Derecho de la Universidad de Salamanca han tenido la oportunidad de vivir de cerca el que será su futuro laboral en los tribunales. Ocho alumnos han estando presentes en las tres sesiones del juicio por el crimen del ‘Chispi’, asesinado a tiros en enero de 2020 en el barrio del Tormes.
Para todos ellos, se trata de la primera vez que asistían a un juicio con jurado populary esa “ilusión e interés” se ha percibido a las puertas de la sala de vistas, antes de comenzar las jornadas. “Hemos acudido a otros juicios, pero eran más simples. Este es el primero que vemos con tanto contenido, con tantas argumentaciones de las distintas defensas, con numerosos testigos...”, explica a LA GACETA Nazaret Blanco, estudiante de Derecho y Criminología.
Para la joven es una “gran oportunidad” poder acudir como público a este tipo de juicios en la Audiencia Provincial. “Durante las sesionesestamos poniendo en práctica todos los conocimientos teóricos aprendidos en la carrera. Es una alternativa de formación muy diferente a la de las aulas, aquí se ve y se vive la realidad”, detalla Nazaret Blanco.
Semanas antes de la celebración del juicio del ‘Chispi’, varios alumnos se han instruido y documentado para conocer “con exactitud” todos los detalles del “despiadado crimen”. “Me he estudiado las calificaciones provisionales, he leído todo lo publicado por la prensa local desde el día del tiroteo hasta la actualidad yhe diseñado un croquis con todos los implicados y sus acusaciones para no liarme con tantos nombres y motes”, manifiesta Carlos Gago.
Durante las tres jornadas, varios de los futuros juristas han cogido apuntes de las pruebas testificales. “Sobre todo de los cinco acusados, de los testigos, de los agentes policiales y de los forenses”, detalla Carlos Gago. Con todas las anotaciones recabadas, los alumnos tendrán que elaborar “una sentencia”. “Posteriormente será corregida por un magistrado”, añade.
“Tras unir todas las piezas del puzzle, evidentemente ‘Pepón’ fue uno de los pistoleros, pero al suicidarse en la cárcel queda la incógnita de quién fue el segundo. Yo creo que con lo que hemos visto hasta ahora, el otro autor fue ‘Vinas’, y ‘Rafi’ los ayudó a huir del lugar, pero no pasaba por allí con el coche por casualidad, sino porque algo sabía”, expresa Nazaret Blanco.
Según la estudiante, la defensa del ‘Vinas’ lo está haciendo “tan bien” que hace que se replantee si este disparó o no, aunque para ella una prueba “muy relevante” para determinar el papel del ‘Rafi’ son las imágenes de las cámaras de seguridad. “El día del crimen iba vestido de blanco y tanto la viuda del ‘Chispi’ como los testigos dicen que los tiradores llevaban ropa oscura”, dice.
Lucía González, alumna en prácticas con Fiscalía y Alejandro Martínez con Juzgados respaldan la opinión de Nazaret y añaden que ‘Rocío’, la mujer del ‘Vinas’ colaboró en las labores de vigilancia del ‘Chispi’.
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