El dueño y el camarero de un bar de la calle Perdones se enfrentan a 7 años tras ser pillados con droga en las zapatillas y los calcetines

La Policía Nacional detuvo hace un año al dueño y al camarero de un bar de la calle Perdones después de encontrar distintas sustancias estupefacientes distribuidos por el local e incluso las zapatillas y en los calcetines que vestían y que estaban preparadas para vender a los clientes.

A.S.B. y A.R.B. se sentarán este lunes en el banco de acusados de la Audiencia Provincial de Salamanca para enfrentarse a una condena de siete años de prisión que pide la Fiscalía para cada uno de ellos por un delito de tráfico de drogas en establecimiento abierto al público, así como el pago de una multa de 4.470 euros, así como las costas del juicio.

El fiscal del caso solicita asimismo el cierre del establecimiento hostelero por tiempo de cinco años, así como la inhabilitación para la realización de actividades de hostelería a los dos acusados por un tiempo de siete años.

Los hechos se remontan a la madrugada del 24 de septiembre de 2023. Según recoge la Fiscalía en su calificación provisional, al que ha tenido acceso LA GACETA, de común acuerdo y previa información relativa a posibles actividades relacionadas con el tráfico ilícito de drogas, sobre las 02:00 horas, Policía Nacional y Policía Local llevaron a cabo una actuación conjunta de inspección en el bar, situado en la calle Perdones número 9 de Salamanca, donde se encontraban su titular, A.S.B., y un camarero al frente de la barra, A.R.B.

En el transcurso del registro, los agentes hallaron una báscula de precisión en el almacén del local, así como sustancias de corte de estupefacientes y numerosos envases que contenían bolsitas de plástico para preparar dosis. Todo ello era utilizado, señala el Ministerio Fiscal, en la venta de drogas.

Además los agentes encontraron una bolsa con hachís y cuatro envoltorios con speed, uno de ellos oculto en el interior de una de las zapatillas del hostelero acusado y otro envoltorio oculto en el calcetín izquierdo que llevaba el camarero, un tercero en el almacén del local y un cuarto dentro de una de las cámaras frigoríficas del establecimiento.

Igualmente, en la zona de la caja registradora se ocupó una libreta cuadriculada con anotaciones de transacciones, con nombres de clientes, dinero y, en algún caso, indicación de gramos que empleaban los acusados en sus trapicheos.

Por último, en poder de A.B.S. se hallaron 150 euros en billetes fraccionados y en poder de A.R.B. 260 euros, igualmente en billetes fraccionados, todo ello proveniente del tráfico ilícito de drogas tóxicas, precisa el fiscal, que señala además que en el establecimiento se encontraban en ese momento tres clientes que portaban sustancias estupefacientes y arrojados por el suelo había diferentes útiles y efectos empleados normalmente en el consumo de estupefacientes.

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