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Jueves, 16 de diciembre 2021, 00:44
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Un hombre ha sido condenado a seis meses de cárcel por matar de un tiro al perro del hijo de su vecina, en Sando. La magistrada del Juzgado de lo Penal número 2 de Salamanca ha declarado culpable a A.V.C. de un delito de maltrato animal por lo que además de la citada pena de prisión, le castiga con la inhabilitación para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con animales y para la tenencia de los mismos por dos años, así como al pago de las costas. La sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso ante la Audiencia Provincial.
Los hechos tuvieron lugar el 6 de abril de 2019 por la tarde, sobre las 16:40 horas. Según recoge la sentencia en los hechos probados, el acusado, sin antecedentes penales, se encontraba en la calle La Fuente de la localidad de Sando. Con ánimo de maltrato animal injustificado y conociendo que necesariamente le causaría la muerte, disparó al perro, de raza bodeguero, propiedad del hijo de una vecina, con un arma de aire comprimido de su propiedad, de manera que causó la muerte inmediata del animal.
Señala la juez que los hechos declarados probados son constitutivos de un delito de maltrato animal del que es responsable el acusado, según resulta acreditado de la valoración conjunta y ponderada de las pruebas practicadas en el acto del juicio oral.
Destaca que el acusado declaró que no disparó al perro propiedad del hijo de su vecina. Que el día de los hechos, a las 16.40 horas, no estaba en Sando, sino que había ido al pueblo de al lado, Santa María, donde había quedado con un hombre para que le entregara una caja de herramientas y al volver a Sando vio a la denunciante con el perro muerto o moribundo.
La denunciante ratificó la declaración prestada en el juzgado de instrucción y reiteró que no vio quien disparó al perro, que no sospechaba de nadie y que vio al acusado pasar por la calle pero no le vio con el arma.
Un agente de la Guardia Civil ratificó el atestado y manifestó que se entrevistó con el acusado tras el suceso, que les entregó el arma y les dijo que no había visto nada, que había estado en el lugar pero que él no había disparado.
Todo ello junto con las conclusiones del informe de balística y del arma entregada a la Guardia Civil por el acusado llevan a concluir a la juez que si bien no hay en este caso prueba directa, pues nadie vio al acusado disparar el arma, sin embargo todos los indicios determinan la autoría del acusado, puesto que el perdigón del calibre 4,5 mm que impactó en el perro fue disparado a través del cañón de la carabina de aire comprimido del acusado.
Además se trata de una única persona que se encontraba en el lugar y fue visto por la denunciante a los pocos minutos.
El acusado reconoce que solo él utiliza ese arma y aunque manifestó que la guarda en una nave que aunque está cerrada por un lado está abierta por otro no se lo dijo a la Guardia Civil para que los agentes hubieran corroborado que alguien hubiera entrado para cogerla. Por último, añade, el hombre con el que dice haber quedado cuando ocurrieron los hechos para que le diera unas herramientas no pudo determinar en el juicio sin duda el día concreto que quedó con el acusado.
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