Un año de cárcel y tres de inhabilitación para el matrimonio que dejó morir de hambre a sus reses en Cabeza de Caballo

El Juzgado de lo Penal número Uno de Salamanca ha acogido el acuerdo entre las partes en la causa seguida contra un matrimonio acusado de dejar morir de hambre a sus reses en su explotación de Cabeza de Caballo.

M.P.V., administradora única de la empresa titular de la explotación, y su marido, J.S.M., responsable del cuidado y bienestar de los animales que había en la misma, han aceptado una pena cada uno de doce meses y un día de prisión, así como tres años de inhabilitación especial para ejercicio, profesión, oficio y comercio de animales, así como tenencia de los mismos, informan a LA GACETA fuentes del caso.

Pese a la condena, con la que ambos se han manifestado conformes, ninguno de ellos ingresará en prisión al carecer de antecedentes y ser la pena inferior a dos años, siempre que no delincan en dos años.

El día 24 de marzo del pasado año 2023 los agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y personal de los servicios sanitarios de la Junta comprobaron que los acusados abandonaron la explotación, dejando a los animales sin comida ni cuidados.

En la explotación, distribuidos por diferentes zonas, los agentes descubrieron gran cantidad de animales muertos o vivos en estado de extrema delgadez.

Entre los animales, había más muertos que vivos, siendo la causa probable la inanición.

En concreto, se hallaron 26 terneros sin vida que probablemente murieron al quedar atrapados en medio de un montón de estiércol de donde no pudieron salir debido a la debilidad y extrema delgadez que presentaban, estando incluso varios días en esa situación con agónico sufrimiento hasta fallecer, señala el fiscal.

Otros diez terneros aparecieron con falta de alimentos, dos de ellos extremadamente delgados. Mientras tanto, otras diez vacas se encontraban en mal estado y tres de ellas incluso en estado de descomposición.

El estado de dejadez en el que aparecieron las reses, sin alimentos y muchas de ellas muertas, muestra la dejación de deberes básicos de cuidado por parte de los acusados que eran sabedores de que acabarían causando la agónica muerte de los animales.

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