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M.A., un hombre acusado de un delito de coacciones, amenazas y maltrato a su expareja a la puerta de su trabajo y en el domicilio de ella en abril de 2024 negó haber entrado en su vivienda sin su permiso y haberla insultado y amenazado: «Fui a buscarla a su trabajo como siempre lo hacía para hablar con ella, pero uno de sus amigos se puso violento y ella se alteró. Yo la intenté calmar. Después fui a su casa y discutimos. Por la mañana le escribí un poema y me fui. Después grabé un TikTok pidiendo matrimonio una amiga, pero solo lo hice para ganar seguidores y a partir de ahí me denunció», declaró el acusado en referencia a la denunciante.
El Juzgado de lo Penal número Dos ha dejado visto para sentencia en la mañana del jueves, 23 de enero, el juicio contra el varón, para el que la fiscal que lleva el caso solicita una pena de casi tres años de prisión.
«Cuando salí de su casa volví a llamar al timbre porque me dejé las llaves del coche dentro, si hubiera sido peligroso…», añadió M.A.
Posteriormente y con un biombo declaró la víctima, que comenzó ratificándose en la denuncia. Según ella, la tarde noche del 13 de abril de 2024, el acusado la esperó en el interior de un coche frente a la puerta de su trabajo, en Garrido. "Nuestra relación ya estaba rota. Giré la calle con unos amigos que me estaban esperando y M.A. nos siguió, aceró el coche, lo aparcó y vino hacia nosotros a la altura de la calle del Trébol. Vino hacia mí con una actitud agresiva y bajo los efectos del alcohol, mis amigos se pusieron en medio para que no me hiciera nada y forcejamos. Me insistía continuamente que me fuera con él. Le pedimos las llaves de mi casa y decía que las había perdido».
Minutos más tarde, manifestó que ella subió a su casa con uno de sus amigos «para inspeccionar que no hubiera entrado nadie»: «No había nadie en ese momento, pero cuando estaba en la cama comencé a oír ruidos, por lo que le mandé un WhatsApp a mi amiga: 'Estoy escuchando ruidos'. Después fui hacia el salón y vi a M.A. entrando por la ventana, yo le decía continuamente que se fuera, pero no hacía caso. Yo no quería estar con él. Me cogió en volandas, me tiró contra el sofá, intentó asfixiarme y me quitó el teléfono para contestar a mi amiga como si fuera yo».
A partir de ese momento, aclaró la víctima, no pudo dormir en toda la noche, ni siquiera se quitó el uniforme del trabajo: «Estuve con la ropa del trabajo toda la noche porque tenía miedo de dormirme. Cuando conseguí que se fuera sobre las 14:00 horas del día 14 no le volví a abrir la puerta de mi casa. Después bajé a denunciar».
En tercer lugar fue el turno de su amiga que especificó que recibió el mensaje de «los ruidos» y posteriormente: «estoy bien, dame unos minutos, me decía»: «Era él con su teléfono y cuando me lo contó a mediodía le dije que fuera a denunciar. Me dijo que había entrado por la ventana del salón, que le había quedado el móvil y que por eso no pudo llamarme ni llamar a la policía, que se tiró toda la noche en vela porque la agarró de la pechera, la desplazó y le insistió para mantener relaciones sexuales, por eso le dije que bajara a denunciarlo», concluyó su amiga.
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