El accidente mortal de un vecino de Miróbriga en Martiago al sentirse mal cuando iba en su coche: «Papá, que te sales de la vía»

Agentes de la Guardia Civil y sanitarios se trasladaron al lugar nada más tener conocimiento de los hechos, pero nada pudieron hacer por salvar su vida. Una llamada recibida en la sala de operaciones del 112 alertaba a las 14:56 horas de la salida de vía del turismo en el punto kilométrico 16 de la carretera DSA-359, en Martiago. El alertante precisaba asistencia para el conductor del vehículo, quien había sufrido previamente una indisposición y se encontraba inconsciente.

El 112 dio aviso del accidente a la Guardia Civil de Tráfico y a Sacyl, que envió una UVI móvil hasta el lugar indicado.

Una vez allí, el personal sanitario de Sacyl trató de reanimar sin éxito al conductor, un varón de 67 años de edad, quien resultó finalmente fallecido. Tras el levantamiento del cadáver, los servicios forenses trasladaron el cuerpo al anatómico forense para realizar la autopsia y determinar la causa del fallecimiento. A falta de los resultados de la autopsia, se cree que su muerte se debió a un infarto o similar.

Se trata de la segunda víctima mortal en las carreteras de la provincia, la primera se registró el pasado 12 de marzo cuando Manolo, un vecino de Barceíno, pedanía del municipio de Barceo en la comarca de Vitigudino, perdía la vida tras sufrir también una indisposición cuando circulaba con su vehículo por la población.

Tal y como publicó este medio, al parecer el conductor recorrió 6 o 7 kilómetros y llegó a chocar contra la esquina de un transformador, tras lo que se apeó del vehículo y finalmente murió.

Los hechos tuvieron lugar antes de las 08:00 horas, en la calle Las Eras de la localidad. Según comunicaron fuentes vecinales, el hombre, conocido en el pueblo como Manolo, de unos 70 años de edad, circulaba al volante cuando se encontró mal y dio contra la esquina del transformador.

Tras ello consiguió bajarse del vehículo y fue auxiliado en un primer momento por dos menores que estaban esperando el autobús para ir a clases, concretamente uno de ellos, de 16 años, intentó reanimarlo, aunque resultó sin éxito porque ya estaba fallecido.

En el momento de los hechos, Manolo, muy querido en la localidad donde ejerció como panadero, se dirigía en su coche a Valsalabroso.