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Después de que el pasado martes los vecinos de Pizarrales pudieran conocer la fecha de finalización de los trabajos de remodelación de la carretera de Ledesma de manos del propio alcalde de la ciudad, los residentes ven la luz al final del túnel y son un poco más optimistas. El pronóstico es que las obras concluyan en octubre, a falta de las labores de jardinería. Comerciantes y vecinos se manifiestan más tranquilos desde que tienen una fecha de finalización que se ajusta a los avances que hace la empresa concesionaria cada día. La obra, que comenzó en marzo de 2023 con un plazo de ejecución de 10 meses, ha duplicado este pronóstico generando exasperación en los vecinos por la demora y, fundamentalmente, por los trabajos realizados por la primera empresa concesionaria.
«Las obras van muy bien, por lo que observamos ya no queda nada, asfaltar en algunas zonas y terminar algún remate», explica Patricio Pérez, vecino de Pizarrales. Junto a ello, valora el tiempo de ejecución del proyecto: «Han tardado mucho. La primera empresa fue un desastre y había cuatro personas trabajando cada día, pero en estos meses han adelantado mucho y se ha visto mucho más compromiso y predisposición. Era necesaria esta obra, estaba muy mal la calle. El asfalto estaba levantado, resbalaba mucho el suelo, las aceras eran muy estrechas, había baches y un sinfín de cosas más », asegura.
En un bar de la carretera de Ledesma varios vecinos conversan sobre la demora de las obras. «Estamos mucho más contentos, porque vemos que esto llegan a su fin. Hay vecinos que se quejan de la desaparición de plazas de aparcamiento, pero a mi me parece que no se han quitado tantas. Ampliar las aceras era muy necesario para las personas mayores y ahora van a poder pasear y hacer más vida en el barrio», manifiesta Mari Pardo. Un trabajador del establecimiento se une a la conversación: «Han quitado más de la mitad de aparcamientos», reprocha a Pardo.
Santiago López vive en la carretera de Ledesma, ha estado muy atento a todo el proceso y conversa cada día con los trabajadores: «La empresa va a tope. No solo están haciendo obras en la vía principal, hay varias calles secundarias del barrio en la que se están haciendo retoques y ha habido varias calles en las que se han cambiado las tuberías. No obstante, a la obra no le queda mucho», asegura el vecino. Este residente también es de los que temen la escasez de aparcamiento tras las obras: «Vamos a tener que bajar a Salamanca sin el coche porque no vamos a tener donde aparcarlo al regresar», lamenta.
El último tramo en obras de la carretera de Ledesma se encuentra a la puerta del negocio de Rosa García: «Se ve a muchos más trabajadores cada día y los chicos van avanzando bien. Con este empujón, a mediados de octubre han terminado las obras seguro», afirma. Junto a ello, recordó el estado de la carretera de Ledesma anterior a estos trabajos de reforma: «Aunque me fastidie que estén a mi puerta, no he notado muchos inconvenientes. La realidad es que esta parte del barrio estaba completamente abandonada», asegura.
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