Urgencias veraniegas: avispas, víboras, escorpiones y hasta quemaduras solares

Las picaduras de garrapata siguen llegando constantemente hasta las Urgencias del Hospital de Salamanca, convirtiéndose en uno de los motivos de consulta más recurrentes por parte de los pacientes durante los meses de primavera y verano. Son, posiblemente, las picaduras más mediáticas que se atienden en el departamento, porque pueden transmitir enfermedades tan peligrosas como la fiebre hemorrágica Crimea-Congo -que ya ha causado varias muertes en la provincia de Salamanca- o la Enfermedad de Lyme. Sin, embargo, hay otra serie de picaduras e incidentes con animales muy característicos de estas fechas y que los urgenciólogos salmantinos están habituados a tratar.

«Hace pocos días hemos tratado a una persona que había sufrido la mordedura de una víbora en la zona de las Hurdes, donde hay bastantes serpientes de este tipo», apuntan profesionales del Complejo Asistencial.

La mordedora de una víbora «no es mortal para los humanos, pero sí es complicada», explican. El servicio de Urgencias emplea un antídoto específico frente a este veneno. «Es un suero genérico frente a picaduras de serpientes múltiples» bastante efectivo y que evita que el problema pase a mayores, aunque afortunadamente este tipo de mordedoras no se dan todos los años.

Lo más habitual, precisan, son las picaduras de avispas. «Son constantes», aseguran. Pueden ser especialmente peligrosas en personas que han desarrollado una alergia a estas picaduras. «En casos de mucha reacción se emplea el Urbason, pero la mayoría de las veces ni siquiera es necesario y se resuelve con una pomada o sin necesidad de intervención», detallan los urgenciólogos.

Entre las «más fastidiadas» y, a la vez, «bastante habituales» incluyen las picaduras de escorpión. «Hay muchos escorpiones por el campo, pero al menos los de España tampoco son mortales para el humano. Lo que sí producen es un dolor terrible. Hablamos de un dolor que no se controla con nada y a veces es necesario realizar un 'bloqueo' de los nervios porque el paciente no lo soporta». Los anestesiólogos consiguen sedar una parte concreta del cuerpo -en la zona de la picadura- para aliviar el intenso dolor que produce y que «puede durar horas». «A diferencia de las picaduras de víbora, no hay síndrome anticompartimental, que en músculos y partes blandas te puede comprometer el riego sanguíneo», añaden.

Dentro del capítulo de 'urgencias veraniegas', aunque ya no relacionadas con las picaduras de animales, siguen figurando las lesiones traumatológicas relacionadas con la mayor actividad física y otras algo más anecdóticas, pero ciertas, como los pacientes que acuden al Hospital por haberse quemado tomando el sol. «Aquí viene de todo. A veces recibimos quemaduras enormes, que hemos podido tratar con corticoides y analgesia, si duele mucho, y otras muy normales con las que solo cabe emplear crema hidratante», zanjan.

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