La Universidad de Salamanca 'rescata' a los investigadores que dejó tirados el Gobierno

Nació como uno de los principales proyectos de atracción de talento internacional y una de las banderas del entonces ministro de Universidades, Manuel Castells: las becas 'María Zambrano' se crearon como un programa de excelencia a través del cual investigadores que ya habían demostrado su valía en el extranjero pudieran hacerlo en las universidades españolas. Gracias a este programa y al impulso de los fondos europeos, alrededor de 700 investigadores llegaron a España para desarrollar su proyecto. ¿Un plan sin fisuras? Hasta su desarrollo.

La Universidad de Salamanca acogió gracias a este programa a 18 investigadores de los que a fecha de 31 mayo quedaban 8 realizando sus proyectos en el Estudio salmantino tras haber salido la mitad por traslados o consolidación de plazas en otras universidades. Entre medias, el Gobierno cambió la 'Ley de la Ciencia' que establecía que como mínimo para obtener el certificado de madurez investigadora —conocido como R3— eran necesarios tres años cuando las universidades habían hecho contratos de dos años amparados por la anterior normativa. «Estos investigadores —que terminaban su contrato el 31 de mayo— se les impedía desarrollar su carrera profesional y tener proyectos propios ya que son mínimo de tres años, así como la imposibilidad de liderar programas de investigación», explica el vicerrector de Investigación, José Miguel Mateos Roco.

Para sumar palos en las ruedas, se celebraron elecciones y en la reorganización de ministerios, se creó el Ministerio de Ciencia que absorbió al de Universidades con lo que la descoordinación comenzó a explotarle a la ministra Diana Morant en las manos al ver cómo los principales talentos atraídos gracias al programa 'María Zambrano' podían tener que hacer las maletas para volver de nuevo a tener que investigar en el extranjero y, lo peor, sin haber obtenido el certificado de madurez investigadora (R3).

Ante esta situación, la Universidad de Salamanca ha optado por destinar 384.000 euros de fondos propios con el objetivo de dar un año extra a los investigadores para que obtengan este certificado siendo una de las únicas instituciones del país que ha visto una forma de resolver un problema creado por el Gobierno. «Se trata de una solución pionera que encaja en la estrategia de la Universidad de favorecer que los investigadores que atrajimos reúnan las condiciones necesarias para el acceso a la condición investigadora», recalca Roco.

«Nosotros queremos retener a estos investigadores porque hemos obtenido muy buen 'feedback' de su relación con los proyectos de investigación de la Universidad y ya que los hemos atraído ofrecerles que tengan la oportunidad de una estabilización».

El vicerrector de Investigación, José Miguel Mateos Roco, lamenta la «falta de coordinación clara» que ha existido en la convocatoria de 'María Zambrano', una de las más atractivas para conseguir atraer investigadores de excelencia internacional. «Ha habido un vacío que el Gobierno no ha querido asumir y nos han tirado la pelota a las universidades. Estaba la opción de dejarles perder o apostar por el talento que hemos conseguido atraer para conseguirles al menos una pasarela para la obtención del R3». El objetivo final es que los mejores de estas becas 'María Zambrano' puedan quedarse en la Universidad y ponerles todas las condiciones para que puedan desarrollar su carrera profesional.

La decisión tomada ha corrido como la pólvora entre los diferentes grupos de redes sociales que integran a los más de 700 investigadores de las becas 'María Zambrano' ya que muchas de las universidades se han quedado a la espera de conocer cuál sería la decisión final del Ministerio, aún pendiente y sin una decisión inminente que se pueda llevar a cabo. Con la iniciativa tomada por parte de la Universidad, se ha permitido que estos investigadores lleven el nombre del Estudio también en las conferencias internacionales que están desarrollando este verano.

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