La Universidad crea un sistema inédito para prevenir fuegos
El proyecto salmantino aplica datos de satélites y de IA para anticipar los riesgos de incendios en los bosques
La semana pasada los vecinos de El Payo tenían que abandonar sus casas de manera apresurada porque el fuego avanzaba sin control hacia su pueblo. Esa imagen ilustra bien la magnitud del problema: los incendios forestales ya no son solo una amenaza para los bosques, también ponen en riesgo directo la vida de las personas. Con esa realidad en mente, la Universidad de Salamanca ha desarrollado un sistema pionero que, gracias a la inteligencia artificial y a los satélites, permite anticiparse a esos escenarios y señalar con precisión dónde hay que actuar antes de que las llamas aparezcan. Una herramienta que, en palabras de los investigadores, pone «a golpe de ratón» en manos de las administraciones la posibilidad de salvar vidas y proteger el territorio.
El Estudio ha concluido su participación en el proyecto internacional DRYADS, iniciado en 2021 y dotado con 23 millones de euros. La institución forma parte de un consorcio internacional integrado por 47 socios de 26 países. A través de sus grupos de investigación TIDOP (Tecnologías de la Información para la Digitalización inteligente de Objetos y Procesos), radicado en la Escuela Politécnica de Ávila y dirigido por el catedrático Diego González Aguilera junto a la profesora de Matemática Aplicada Mª Isabel Asensio Sevilla, han sido los responsables de diseñar un sistema inédito en Europa .
Los investigadores obtuvieron 700.000 euros de financiación a través del programa Horizonte 2020 'Green Deal'. Este respaldo permitió a los grupos salmantinos poner en marcha un sistema de prevención de incendios (FPS-Fire Prevention Risk) capaz de monitorizar en tiempo real el combustible, la atmósfera y el suelo, ofreciendo información crítica para tomar decisiones rápidas y fundamentadas.
El equipo de la Universidad recuerda que la clave está en la fase preventiva, pues una vez que los incendios de sexta generación —explosivos y muy difíciles de controlar— se desatan, los recursos humanos y materiales rara vez son suficientes. El nuevo sistema, que combina inteligencia artificial, visión computacional, estadística y datos satelitales, permite clasificar las zonas según su nivel de peligrosidad y priorizar actuaciones de limpieza o desbroce en aquellas más vulnerables, sobre todo las cercanas a núcleos habitados.
González subraya que la gran aportación del proyecto reside en su capacidad para integrar una enorme cantidad de información: desde la evolución de la vegetación o la humedad del suelo, la despoblación o la vulnerabilidad de los habitantes. Todo ello se procesa en algoritmos desarrollados en Salamanca que generan un mapa dinámico de riesgos. De este modo, las administraciones pueden saber con precisión dónde intervenir primero para minimizar los efectos, en vez de «ir a ciegas».
El investigador insiste en que el avance científico ya está validado por expertos y probado en entornos reales, pero advierte de que su aplicación depende de la voluntad de las administraciones para incorporarlo a sus protocolos de gestión forestal. Explica que, hasta ahora, las actuaciones de prevención que realizan las administraciones han sido en muchas ocasiones aleatorias por falta de información precisa, lo que ha supuesto un coste elevado y una eficacia limitada. Con este sistema, en cambio, es posible «ir a tiro hecho», centrar esfuerzos en zonas prioritarias y optimizar recursos públicos.
El sistema ha sido concebido para aplicarse en distintos países europeos con problemas similares, como Grecia o Italia o que empiezan a surgir como Noruega. Los expertos señalan la importancia de anticiparse a la acción humana: «La IA por mucho que avance no va a predecir que una persona quiera quemar aquí o allá, pero si tenemos una herramienta que nos dice qué podemos hacer para minimizarlo». La plataforma 'made in Universidad de Salamanca' podría marcar un antes y un después en la lucha contra el fuego.