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Sábado, 29 de octubre 2022, 23:03
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Pleno puente de Todos los Santos y una de las medidas estrella de la Dirección General de Tráfico (DGT) para que no haya irresponsables al volante escasea. Los kits antidroga que el Gobierno proporciona a los agentes de la Guardia Civil de Tráfico cada vez son menos y las remesas se acaban.
Precisamente por ello, actualmente los guardias tienen la instrucción de que solo realicen dichas pruebas en situaciones excepcionales. Es decir, cuando se han producido accidentes de circulación o infracciones graves. Sin embargo, los controles se cuentan con los dedos de una mano y tan solo se está sometiendo a los conductores al test de drogas cuando los agentes evidencian síntomas.
El propio Miguel Moreno Sánchez, jefe provincial de Tráfico de Salamanca, confirma esta situación. “El problema de la administración, me refiero a Tráfico, es que hay demasiados contratos. Está todo centralizado y hay contratos para kits de drogas, para radares, para etilómetros, para vehículos... Son contratos abiertos que tardan un año en adjudicarse y que pueden ser impugnados por las empresas. Eso a veces provoca que el contrato anterior se ha acabado y el siguiente todavía no ha comenzado. Entonces en ese intervalo cuando suele darse esta situación y es cuando se dan instrucciones de restringir los controles. Con el de droga pasa mucho”, explica.
El experto puntualiza que no es que no se haga ahora seguimiento de este tipo de infracción en carretera por el déficit de pruebas sino que se realizan una vez que el conductor ha dado positivo en alcohol o si el agente ve síntomas evidentes. “Los guardias tienen experiencia”, añade.
Las señales más comunes son ojos rojos, pupilas dilatadas y, sobre todo, nerviosismo, lo que a muchos les delata. “Las drogas depresoras producen cansancio, apatía, enrojecimiento de ojos, y una forma de hablar pastosa. Cuanto más consumo, más afectan al equilibrio y la coordinación. En cambio, las sustancias como la cocaína activan, producen un comportamiento nervioso y el habla se embarulla”, se recoge en la página de la DGT.
En concreto, a preguntas de la diputada del Partido Popular (PP) Ana Vázquez al Congreso de los Diputados, el Gobierno ha informado que a fecha del 7 de octubre de 2022 la provincia de Salamanca contaba con 88 kits antidroga. La situación más crítica la tenían Cuenca (0), Albacete (2) y Ciudad Real (4), mientras que el mayor número de test los tenía Madrid (727), Castellón (574) y Málaga (364).
Pese a las alarmantes cifras, desde el Congreso de los Diputados se aseguraba que “la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil no se ha quedado sin suministro” de estas pruebas y que la adquisición de todos los medios de muestra se han unificado en único contrato, lo que garantizará una gestión más eficiente y una provisión constante de medios y consumibles para la vigilancia durante los próximos cuatro años”.
Así, se prevé el suministro anual de 120.000 kits de drogas, según su versión. Sin embargo, la realidad es que actualmente hay escasez. El motivo que se ha dado a los agentes, indican desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (Augc) de Salamanca, es la rescisión o finalización del contrato por parte de la DGT de la empresa que suministra los kits.
Fuentes del Cuerpo consultadas por este diario relatan que se trata de una situación “preocupante”, pues “lamentablemente” es una realidad que conocen “aquellos que quieren hacer la trampa”. “Aunque no nos guste es una realidad que a través de diversas aplicaciones se informa constantemente de este tipo de noticias, al igual que saben dónde se ubica un determinado control o dónde hay un accidente de tráfico. El hecho de que alguien se suba al coche bebido o drogado pone, sin duda, en peligro a otros conductores”.
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