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La salmantina Sheila Casmar, junto a su perro.
Sheila Casmar, superviviente de un cáncer de mama: “Pensé que no veía la comunión de mi hija”

Sheila Casmar, superviviente de un cáncer de mama: “Pensé que no veía la comunión de mi hija”

“Me diagnosticaron un cáncer de mama el 14 de febrero de 2020. A las pocas semanas, en pleno tratamiento de quimioterapia, nos encerraron en casa por la pandemia”, apunta

Viernes, 3 de febrero 2023, 11:16

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“Dentro de todo lo malo que supone tener un cáncer, uno se reinventa, a la fuerza o no, y descubre cosas maravillosas que no sabía”. La Sheila Casmar de 2023 es muy diferente a aquella que vivió el peor Día de los Enamorados que se pueda imaginar.

“Me diagnosticaron un cáncer de mama el 14 de febrero de 2020. A las pocas semanas, en pleno tratamiento de quimioterapia, nos encerraron en casa por la pandemia”, recuerda.

Su historia empieza como la de tantas mujeres afectadas por el cáncer de mama: un bulto extraño que se nota en la ducha y una sensación interna de que algo no iba bien.

“El médico me dijo que siendo yo tan joven eso no era nada, pero no me sentía bien. Insistí para que me hicieran pruebas y resultó que el tumor no estaba precisamente en fase precoz”, explica.

El miedo se apoderó de Sheila, que se puso en lo peor. Por un lado, las estadísticas le decían que el cáncer de mama tiene una alta tasa de curación y de supervivencia, pero el miedo puede más: “Pensaba que no iba a poder ver ni la comunión de mi hija, que me iba a morir...”.

Los tratamientos se iniciaron rápido y una vez superada la fase más crítica, los especialistas le han indicado un moderno tratamiento de hormonoterapia que consiste en tomar una única pastilla al día.

La salmantina explica que el tratamiento genera en el organismo de la mujer una situación similar a la menopausia, pero es altamente efectiva: “Se trata de una pastilla para bloquear las hormonas. Este cáncer responde a estrógenos y por eso bloquean todas las hormonas para que no vuelve a reproducirse”.

La hormonoterapia tiene una serie de efectos secundarios como el dolor en la articulaciones o el cansancio, que Sheila ha superado con ejercicio físico. “Me he entregado al deporte y han desaparecido todos los efectos secundarios. De hecho, me siento mejor que antes de ser diagnosticada”, apunta.

Otros de sus ‘mandamientos’ -además del deporte- es la alimentación: “No tengo nada prohibido, porque no sirve de nada obsesionarse, pero intento que el 90% de lo que como sean zumos, verduras, frutas...”.

Ayudar a casos similares

Esa Sheila ‘reinventada’ siente ahora la necesidad de compartir su experiencia para servir de ayuda a tantas mujeres que cada año pasan por una situación simular.

Sus cerca de 15.000 seguidores en Instagram (@sheila.casmar) encuentran en la charra una vía de apoyo, un consultorio de dudas y un mensaje vivo de esperanza. “Me preguntan que qué pueden tomar cuando les sale una úlcera, me confiesan que están muy mal a la espera de resultados... Las entiendo. Sigo pasando mucho miedo cada vez que tengo que someterme a una analítica. La noche anterior a una prueba ni duermo hasta que no veo el resultado, pero insisto en que realmente me encuentro mejor que antes”, confiesa.

Sabedora de lo valiosa que es su ayuda, Sheila decidió publicar un libro -‘En busca de mí’- y con los beneficios obtenidos fabricó gafas de frío y unos abanicos que reparte entre los usuarios del hospital de día. “Los tratamientos provocan calores, así que mientras te abanicas puedes leer los mensajes de ánimo”.

El cáncer se cura, pero marca. Desaparece del cuerpo, pero no de la mente. Seguirán las revisiones, seguirán los ensayos... Lo importante es seguir.

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