Los seis senderos para encontrar las mejores setas en Salamanca
La Diputación cuenta con una red de caminos para descubrir el mundo de los hongos
La micología se ha convertido en un importante recurso económico para la provincia, pero también en la mejor forma de conocer parajes naturales y pueblos llenos de encanto conectados a través de una red de senderos habilitados por la Diputación.
«Montemayor del Río-El Cerro»
Nueve kilómetros separan estas dos localidades de la Sierra de Béjar en una bonita ruta circular entre robles y castaños. Si se inicia en Montemayor, el primer tramo incluye siete papeles interpretativos con un primer acercamiento al mundo de los hongos. En El Cerro, en cambio, el protagonismo se lo lleva el castaño, con otros cuatro paneles que descubren su importancia para toda la comarca. Un atractivo añadido es el mirador que hay a la salida del pueblo con vistas a las también espectaculares sierras del sur.
«Cepeda, Madroñal, Herguijuela de la Sierra»
El segundo de los senderos micológicos se trata de un recorrido de 13 kilómetros por tres pequeñas localidades serranas llenas de encanto. El camino que las une fue un antiguo paso de arrieros desde la Sierra de Francia a la comarca de las Hurdes, lo que lo convierte en un espacio natural único. En el tramo de cerca de 3 kilómetros desde Cepeda se encuentran siete paneles informativos que descubren las relaciones —muchas veces sorprendentes— entre los hongos y los humanos. El recorrido es circular y puede empezarse en cualquiera de los tres pueblos.
«Tamames-Aldeanueva de la Sierra»
El tercer sendero muestra a los hongos benefactores de la humanidad y también a los causantes de grandes daños. Con una extensión de casi 14 kilómetros y dificultad media, el sendero atraviesa el encinar de la llanura, el quejigal de la ladera y el rebollar serrano. Además de naturaleza este rincón de la provincia tiene un gran peso histórico al tratarse del escenario de una de las pocas victorias en solitario de las tropas españolas durante la Guerra de la Independencia. Lo sucedido aquí provocaría años después la destrucción de Tamames a manos de los franceses el 3 de febrero de 1811.
«Villasrubias-Peñaparda»
En pleno corazón de El Rebollar, una de las zonas con más abundancia y variedad de hongos, se sitúa este tercer sendero micológico que une Villasrubias y Peñaparda a través de una ruta de 14,5 kilómetros. Circular y de dificultad media, la ruta discurre por una extensa dehesa de roble rebollo y entre las aguas de los ríos Fríos y Perosín. Uno de los grandes tesoros de El Rebollar (además de su riqueza natural) está en sus gentes, guardianes de una antigua lengua conocida como la «palra d'El Rebollal». Para los menos «andarines» o para las personas con movilidad reducida existe una ruta alternativa de 2 kilómetros en los alrededores de Villasrubias que es ideal para niños y accesible además para personas en sillas de ruedas.
«El Cabaco-Nava de Francia»
Este quinto sendero micológico de la Diputación aborda los valores culinarios de los hongos... y también sus peligros. De nuevo se trata de un camino circular (13,7 km) que puede iniciarse en cualquiera de las dos localidades y que atraviesa un espectacular paisaje de robles y un denso pinar. La ruta, además, depara sorpresas como atravesar las antiguas minas romanas de oro de Las Cavenes. También existe una ruta alternativa de 2 kilómetros en El Cabaco para grupos escolares y personas con movilidad reducida.
«Palacios del Arzobispo-Santiz»
La sexta propuesta incluida en esta peculiar red de senderos discurre por un camino circular de 16,5 kilómetros, con un grado de dificultad medio. Está dedicada a la relación de los hongos con la expresión artística a través de una ruta que atraviesa el mayor alcornocal de Castilla y León. En este sendero no solo son protagonistas los hongos porque aquí se encuentra «El Abuelo», un viejo alcornoque a 1,5 km de Santiz que podría tener más de 700 años. Se le atribuyen, además, poderes para aumentar la fertilidad.