Seis calles más entran en el «plan antirresbalones» de Salamanca
A corto plazo se actuará en Cuesta del Carmen, Íscar Peyra, Cruz Verdadera y Campo de San Francisco
Después de las actuaciones realizadas en la pasada primavera y verano en la ciudad para acabar con el pavimento resbaladizo, el programa se amplía ahora con intervenciones a corto plazo en seis calles más. Cuatro de ellas se abordarán para sustituir las losas de pizarra situadas en las calles Cruz Verdadera, Campo de San Francisco, Íscar Peyra y Cuesta del Carmen. Las otras dos se centrarán en vías donde se cambiarán las baldosas de terrazo, debido a que el desgaste de este tipo de suelo y la inclinación de las calles generan situaciones de riesgo. Se trata de la calle Alberto Durero y la plaza de los Escritores, ambas en el barrio de Pizarrales.
No obstante, la empresa adjudicataria del Servicio de Conservación de Estructura Viaria de Salamanca ha analizado varias zonas de la capital, poniendo el foco tanto en las calles con losas de pizarra como en las que cuentan con granito, con vistas a futuras actuaciones. Según el informe elaborado por la concesionaria, la distribución de las losas de granito no es muy frecuente en las calles salmantinas y, cuando se instalan, suele hacerse de forma puntual, a modo de franjas que forman parte del mosaico del pavimento. Así, están pendientes de revisión calles del centro y de los barrios Universidad, Rollo, San Vicente, Úrsulas y El Carmen. Tras las intervenciones ya ejecutadas en el entorno de la plaza del Liceo, quedarían por analizar las losas de pizarra de la Rúa Antigua y Rúa Mayor —donde apenas hay pendiente, uno de los factores que reduce la adherencia—, así como las de la calle Peña Primera, la calle Abajo, la plaza del Alto del Rollo, la calle Independencia, la plazuela con Peñuelas de San Blas y la calle Topacio. Todas presentan una pendiente notable que las convierte en puntos de mayor urgencia que otras vías como Gran Vía, Arroyo de Santo Domingo y Juan de la Fuente.
En cuanto a las calles de granito, conviene recordar que en la ciudad la superficie total de las 354 vías con este material asciende a 196.000 metros cuadrados. En este caso, la resbalabilidad depende del tipo de acabado, ya que son más propensos a generar caídas los pavimentos lajados, cortados, apomazados o pulidos, frente a otros más seguros como los abujardados, apiconados, granallados o flameados.
Las calles que destacan por tener superficies de granito más deterioradas y con una pendiente superior al 6 % son Federico Anaya —con la mayor extensión, al sumar 31.801 m²—; Alfonso IX de León, con 16.036 m²; La Aldehuela, con 7.448 m²; la avenida de Los Cedros, con 6.855 m²; y la avenida de Portugal, con 6.280 m², entre las 31 seleccionadas.
El informe de la empresa concesionaria ya advierte de que la solución para eliminar la resbalabilidad es abujardar la superficie, picándola para devolverle la rugosidad, como ya se ha hecho en la calle Tentenecio y en el cruce entre la calle Toro y la avenida de Mirat.
Por último, Salamanca cuenta con 423.931 m² de superficie de terrazo distribuidos de forma desigual por la capital, especialmente en los barrios del Rollo, San José y El Zurguén. Por su naturaleza, este material no es resbaladizo, aunque puede llegar a serlo en condiciones de humedad. El plan de actuación priorizará las calles con elevada inclinación y superficie reducida, como la calle Alberto Durero y la plaza de los Escritores, donde ya se prevé intervenir. No obstante, las calles Imperial y Guijuelo presentan características similares y podrían ser las siguientes en recibir mejoras.