
Secciones
Destacamos
Desde el pasado 7 de enero, el estado de California se enfrenta una de las peores crisis por incendios forestales de los últimos años, sobre todo en el condado de Los Ángeles, convirtiendo la zona en un mortífero infierno. Hasta el momento, las autoridades han confirmado 24 fallecidos, siendo el incendio de Eaton el más letal con 16 víctimas, mientras que el de Palisades suma otras ocho.
Más de 9.500 hectáreas han sido devoradas por las llamas, y miles de personas han sido evacuadas, dejando tras de sí hogares destruidos y comunidades en ruinas. Con los fuertes vientos avivando el fuego y complicando las tareas de extinción, la situación continúa siendo crítica, con varios focos activos que amenazan la región, lo que ha obligado a las autoridades a desplegar más de 2.500 efectivos de la Guardia Internacional. Además, varios países como Canadá, México y Ucrania han ofrecido su apoyo internacional a Estados Unidos para combatir este desastre.
Aunque en muchos medios se está hablando sobre los famosos y millonarios que han perdido sus casas, como Paris Hilton, Mel Gibson o Anthony Hopkins, el tema no es un asunto de frivolidad para los que viven allí con el miedo a perderlo todo.
Es el caso del salmantino José Hernández, que reside en Whittier (a 19 kilómetros de Los Ángeles) con su mujer y sus dos hijos. Este músico se mudó a California hace más de 20 años con la previsión de volverse a los seis meses y al final terminó construyendo un hogar en la tierra de La-la-Land, una vida que ahora está en riesgo por estos mortíferos incendios.
«Con preocupación y con tristeza» es como vive José estos días. «Tenemos suerte de que nuestra casa no está cerca de los fuegos, pero conocemos a mucha gente afectada a distintos niveles. Algunos amigos han sufrido cortes de luz, evacuaciones y, en el peor de los casos, han perdido sus casas» explica el charro.
La situación en su entorno es «volátil»: «Hay muchas zonas de vegetación densa y seca, y con los vientos fuertes se puede extender un fuego rápidamente. Nadie se siente fuera de peligro», añade.
Aunque no hayan perdido su casa, sí que les ha tocado despedirse de varios de los sitios en los que han construido sus recuerdos: «Conocemos bien la zona de Altadena y Pasadena y es una gran pérdida. Tenemos muchos recuerdos de lugares que han desaparecido, o que están en peligro».
Además, las amenazantes llamas no son el único problema que se está viviendo en el condado de Los Ángeles ya que según cuenta José en casa tienen todas las ventanas y puertas cerradas y cuando salen tienen que llevar puesta una mascarilla ya que «la calidad del aire es pésima.»
Con el temor de que los vientos de Santa Ana ganen fuerza y los incendios vuelvan a zonas pobladas como el lugar en el que viven, el salmantino y su familia han hecho una lista de las cosas que necesitan en caso de evacuación y limpiado los arbustos secos de su casa como medidas de prevención. Además, han contactado con su familia política para que puedan hospedarles en caso de que se vean obligados a abandonar su hogar.
Aunque la preocupación por esta situación también se extiende a sus familiares y amigos que residen en Salamanca:
«He recibido muchísimos mensajes de amigos y familia preocupándose e interesándose por nosotros. Mis padres han visitado Los Ángeles y entienden que estamos lejos del peligro pero tenemos que tener cautela.»
A su vez, José y su familia también han contactado con personas conocidas que han sufrido las devastadoras consecuencias de este desastre natural: «Si no nos vemos afectados directamente, vamos a ayudar lo más posible a nuestros amigos afectados», relata el músico.
El salmantino ha aprovechado para denunciar una situación que cree que no se está visibilizando en los medios y es que varias compañías de seguros han cancelado la cobertura de mucha gente:
«Los efectos del calentamiento global están creando más desastres que reducen los beneficios de estas aseguradoras y se están intentando salir de estados afectados, incluyendo California. Ahora, muchísima gente que ha perdido su casa no tiene seguro para afrontar las pérdidas.»
Otro asunto que preocupa al instrumentista es la recuperación de la áreas afectadas, ya que muchos edificios se construyeron en una época en la que el uso del amianto era legal por lo que cree que «la limpieza de estas zonas va a ser larga y peligrosa», algo que puede emperorar todavía más el grave problema que existe en estos momento con la calidad del aire que también podría llegar a «incluir sustancias químicas nocivas».
Este desastre natural no sólo ha dejado un cementerio de casas en ruinas y recuerdos destruidos tras su paso, sino que ha generado un clima de incertidumbre y temor al futuro inmediato que va a ser difícil de olvidar.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.