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El oncólogo del Hospital de Salamanca César Rodríguez presidirá la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) hasta el año 2025.
El especialista en cáncer de mama se convierte en el segundo médico del Hospital de Salamanca -después de Juan Jesús Cruz- en liderar a los mejores oncólogos del país. Un dato que le produce una especial satisfacción. «La verdad es que no es habitual que en una ciudad como Salamanca, haya dos presidentes de la SEOM en menos de 15 años. Tiene un significado importante y a veces nos cuesta un poco ver el verdadero valor de lo que tenemos, que es un servicio de Oncología Médica que aporta valor a la Oncología nacional».
Rodríguez recalca que, a nivel nacional, Salamanca está considerado «un referente de la Oncología, no solo por la parte científica, sino por la labor que hizo Juan Jesús Cruz para ser un referente en el apartado humano. Él siempre nos hizo mirar hacia la Oncología nacional y no queremos bajar el listón».
El médico salmantino recuerda que hace casi tres décadas que comenzó su vinculación a la SEOM. «Vi que era una sociedad muy cercana a sus socios. Daba mucho soporte, ofrecía herramientas útiles y ha crecido de una manera espectacular. Fui vocal, también fui secretario de dos juntas directivas y cuando Cruz me nombró secretario científico me impliqué mucho. Ahora se me ha propuesto la presidencia. Somos más de 3.000 socios, pero tenemos que seguir creciendo. Es un reto personal porque conlleva mucho trabajo, pero también grandes satisfacciones».
Aquel César Rodríguez que se asomó a la Oncología en 1994 no sospechaba que hoy sería la cabeza visible de los mejores especialistas del país. «Aquel César era un médico recién graduado que, incluso, quería ser cardiólogo, pero que en el ultimo año de carrera conoció el servicio de Oncología de Salamanca y se enamoró de la especialidad, quizás porque vi que había muchísimo por hacer». «Los tratamientos eran escasos y los resultados decepcionantes, pero se veía que la especialidad se iba a desarrollar. Hemos vivido el gran cambio de la Oncología clásica a la molecular, donde la medicina de precisión ya es una realidad. Vienen generaciones de oncólogos con ilusión que perciben la especialidad como integral, que abarca todo, y cuidan la parte humanista de la comunicación con el paciente», reflexiona.
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