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Los tres relojes de sol públicos de Salamanca están en San Esteban: uno, en el claustro de los aljibes (arriba), y dos, en el antiguo huerto del convento dominico. A. C.

Relojes de sol, tiempo escrito en piedra

La provincia de Salamanca conserva 34 relojes de sol en sus espacios públicos, recuerdos de la influencia de la naturaleza en las rutinas de los antiguos. Tres de ellos se encuentran en la capital, en San Esteban

Roberto Zamarbide

Salamanca

Domingo, 7 de septiembre 2025, 15:13

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En una provincia donde las piedras guardan siglos de historia, hay algunas que incluso marcan las horas. Son los relojes de sol, un patrimonio tan discreto como fascinante que pervive en Salamanca en apenas una treintena de ellos, dispersos por distintas comarcas, y que recuerdan que durante siglos los salmantinos midieron el tiempo observando la sombra de un gnomon sobre un cuadrante.

La mayor concentración se encuentra en una franja que recorre el este provincial de norte a sur, coincidiendo con tres áreas: las sierras de Francia y Béjar, el Campo Charro y los campos del nordeste provincial. Allí, sobre muros de granito, pizarra o arenisca —las mismas rocas que abundan en cada comarca—, los artesanos locales labraron estos relojes entre los siglos XVII y XIX. Sus diseños son variados: rectangulares, circulares o incluso poliédricos, con numeración romana o arábiga, y, en algunos casos, adornados con sentencias religiosas o motivos decorativos.

En Salamanca capital, sobreviven tres relojes solares, todos ellos en el convento de San Esteban. El más antiguo, fechado a finales del XVII o inicios del XVIII, se halla en el muro de la antigua librería. Grabado en piedra arenisca, conserva las trazas de su numeración aunque ha perdido el gnomon. Otros dos se sitúan en el claustro de los Aljibes y en el antiguo huerto; este último tiene un diseño semicircular pintado en arenisca, ya en pleno siglo XIX. Son testimonios modestos pero de enorme valor histórico, que conectan con la vida cotidiana de la ciudad barroca.

Fuera de la capital, los ejemplos se multiplican. En Alba de Tormes, Aldearrubia o Castellanos de Villiquera lucen relojes en iglesias y conventos; en Candelario y Miranda del Castañar, en casas particulares; y en Ciudad Rodrigo, incluso en la fachada del Ayuntamiento. Cada uno aporta matices únicos: desde el curioso reloj poliédrico de Montemayor del Río hasta el monumental ejemplar esférico de la Peña de Francia, con vistas a toda la provincia.

La mayoría datan del siglo XVIII, un tiempo de reformas borbónicas y recuperación económica en la provincia. No es casual que se concentren en el oriente salmantino, la zona mejor comunicada gracias a la Vía de la Plata, el Camino de Santiago y las cañadas de la trashumancia.

Hoy, muchos de estos cuadrantes se encuentran deteriorados, con números borrados por la intemperie o gnomones desaparecidos. De ahí la insistencia de los especialistas en reconocerlos como parte del patrimonio cultural. Son vestigios que no solo recuerdan cómo se medía el tiempo antes de la hegemonía del reloj mecánico, sino que además nos devuelven la conciencia de un tiempo ligado al Sol, a las estaciones y al ritmo natural de la vida.

¿Dónde están?

Con tres relojes

En Salamanca (todos en el convento de San Esteban), Candelario (casas particulares) y Alba de Tormes (Monasterio de las Carmelitas, iglesia de la Anunciación y mirador astronómico de Otero).

Con dos relojes

Ciudad Rodrigo (Puerta de Santiago y Ayuntamiento), Espino de la Orbada (ambos en la iglesia de Santiago Apóstol), Sotoserrano (ambos en la iglesia de la Asunción) y Valdelosa (iglesia de la Transfiguración y plaza de Matacán).

Con un reloj

Aldearrubia (iglesia del Arcángel San Gabriel), Aldeaseca de la Frontera (iglesia de la Asunción), Berrocal de Huebra (palacio de Villar del Profeta), Cantalpino (plaza de España), Carbajosa (centro cultural), Castellanos de Villiquera (iglesia de San Juan Bautista), El Maillo (iglesia), Peña de Francia, Las Veguillas (palacio de la finca Llen), Ledesma (iglesia desacralizada de Santiago el Menor en Pelilla), Miranda del Castañar (plaza de Abajo), Montemayor del Río (Casa del Reloj), Nava de Béjar (iglesia), Navacarros (iglesia de la Asunción), Peñaranda (plaza Puerta del Sol), Salvatierra de Tormes (iglesia de Santa María de Monviedro), Sorihuela (casa en calle Olmo, 25).

Tres nuevas incorporaciones en los últimos dos años

En el reloj analemático de Otero, el ser humano colocado en el centro es el que hace de gnomon. Arriba, el reloj de 550 kgs. de Nava de Béjar. ARCHIVO

El detallado censo de relojes recogido en 2018 por el profesor de la Facultad de Geología Ángel Corrochano, en su trabajo 'Relojes de sol en la provincia de Salamanca: Un patrimonio olvidado sobre el control del tiempo', editado por el CES, se ha visto actualizado desde entonces con tres relojes más: el reloj analemático del Mirador Astronómico de Otero en Alba de Tormes (2023), el del Centro Cultural Stoa de Carbajosa y el de granito de la iglesia de Sorihuela, ambos construidos en 2024.

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