Regreso a la normalidad tras el caos: «Nos quedamos atendiendo a oscuras»

Lo que se vivió este lunes fue un hecho histórico sin precedentes y es que en plena era de las tecnologías quien se podría imaginar unas desconexión eléctrica total. Tanto es así que la mayoría de los salmantinos todavía no se cree lo que ha vivido. «Nos quedamos trabajando con las linternas del móvil. En principio pensamos que sería algo del local, luego nos enteramos que era nacional. No podíamos usar ni las cafeteras ni las batidoras ni los hornos, pero igual seguimos trabajando. Nos tocó anotar todos los pedidos a mano y cobrar solo en efectivo. Fue caótico. Para hacer cualquier cosa tenías que trabajar el doble de lo que lo haces normalmente. Aparte que, como éramos uno de los pocos sitios abiertos, vino bastante gente. Creo que es el Lunes de Aguas que más clientes hemos tenido», relata Bernarda García, camarera de una cafetería salmantina.

A pesar de que a media tarde la energía ya había vuelto a Salamanca a los riders el corte de suministro los obligó a detener sus labores durante todo el día.

«Los servidores de las aplicaciones están en las grandes ciudades. Normalmente en Madrid o Barcelona, así que aunque aquí ya había llegado la luz nosotros no podíamos trabajar porque las aplicaciones no funcionaban. Durante varias horas estuvimos en las calles esperando a ver si se arreglaba la situación, pero ya en la tarde la mayoría de los riders se fue para su casa. En la noche las aplicaciones enviaron un aviso de que quitáramos las horas que teníamos asignadas para trabajar porque no iba a haber sistema y no fue hasta hoy en la mañana que pudimos volver a trabajar», explicó José Luis Mejías, un rider salmantino.

El contratiempo tampoco fue ajeno para muchos locales de hostelería, uno de los sectores más importantes de la provincia. «Nos quedamos atendiendo a oscuras, sirviendo tercios y bocadillos con la luz de las linternas del móvil», señala resignada Bernarda García, una camarera.

«Nos quedamos totalmente sin comunicación. Antes los taxistas teníamos unas radios que no necesitaban electricidad. Ahora tenemos es una emisoras que van por una aplicación, entonces si no tienes internet no funcionan. Fue un caos total. Era imposible circular. A mí el apagón me cogió en Villares, ya ahí el tráfico era caótico, pero cuando entre en la María Auxiliadora no se podía circular. Yo pensé que iba a haber algún accidente. Por suerte, la Policía salió muy rápido a controlar el tráfico, pero fueron horas críticas», señaló el taxista Ignacio González.

Vivir en el edificio más alto de Salamanca puede convertirse en una gran complicación en medio de un apagón. Esa fue la situación que vivieron Julia y José, vecinos de los pisos más altos del edificio ubicado en la calle Portugal. Ambos vecinos coinciden en la gran dificultad que les implicó subir hasta sus hogares por la escalera, aunque agradecen que hayan sido pocas horas y que no hubieras más incidentes.

• Temas
• Comercio
• Salamanca
• Lunes de Aguas