«Sin los quirófanos de tarde no podríamos asumir toda la demanda. Son matemáticas»
«Operamos una media de 150 pacientes por semana», asegura Francisco Blanco, jefe de Cirugía General del Hospital
Las cifras del servicio de Cirugia General han experimentado un viraje positivo desde su llegada a la jefatura hace cerca de año y medio.
La Cirugía General es una especialidad que no entiende de 'temporada baja' ni semanas fáciles.
Con la implantación de los programas de tarde, que llevan más de un año en marcha, estamos operando una media de 150 pacientes por semana. Eso supone un volumen anual muy elevado. La cifra varía según la presión asistencial, especialmente por los pacientes oncológicos, que requieren más tiempo de quirófano y reducen el número total de intervenciones.
Hace dos o tres años parecía imposible reducir la lista de espera. ¿Cómo se ha doblegado la curva?
Fundamentalmente gracias al refuerzo institucional y a los programas de quirófano de tarde. Las entradas en lista de espera por consulta estaban equilibradas con la capacidad de los quirófanos de mañana, pero todo lo que excedía —especialmente tumores— no tenía salida. Con las tardes hemos conseguido absorber ese exceso. Además, todos los servicios están trabajando con mucha eficiencia y se ha optimizado el uso del quirófano.
Esta es una especialidad muy vocacional. Es complicado que un MIR elija ser cirujanos porque no ha conseguido plaza en otra especialidad.
Todas las especialidades tienen un componente vocacional, pero en las quirúrgicas es más evidente. Siempre les digo a los estudiantes que antes de elegir especialidad deben saber si son «médicos» o «quirúrgicos». Si no te gusta el quirófano, no estarás cómodo. La mayoría de compañeros del servicio ya tenían contacto con la cirugía durante la carrera, y eso marca en su decisión.
¿Qué cualidades debe tener un futuro cirujano?
Lo primero, que le guste la cirugía. Después, cierta capacidad física: la resiliencia, porque esto es exigente, con muchas guardias y mucha actividad. También hay que tener tolerancia a la visión de vísceras y sangre, porque hay alumnos que directamente no pueden. Y, por supuesto, entusiasmo y capacidad de sacrificio.
¿Qué avances tecnológicos recientes han tenido más impacto?
Hay dos grandes hitos: la cirugía mínimamente invasiva —la laparoscopia—, cuyo auge vivimos hace unos 20 años, y ahora la cirugía robótica, que ya es una realidad. La inteligencia artificial ligada a la robótica ha sido protagonista en el último Congreso Nacional de Cirugía. Además, utilizamos modelos 3D para la planificación quirúrgica y técnicas de fluorescencia con verde de indocianina, que permiten identificar estructuras y perfusión con cámaras de infrarrojos. Nuestro servicio ha liderado ensayos para estandarizar su uso, lo que ha sido reconocido con una beca de la Asociación Española de Cirugía. Respecto a la robótica, disponemos del Da Vinci dos días por semana y somos, junto a Urología, el servicio que más lo utiliza.
¿Es complicado delimitar la frontera de hasta dónde llega el cirujano general y dónde entra en territorio de otro especialista?
Depende del nivel del centro. En un hospital comarcal, un cirujano general atiende prácticamente todo: tórax, traumatismos, vascular… En un hospital de cuarto nivel como el nuestro la actividad está muy especializada. Aquí la cirugía general es, sobre todo, cirugía digestiva. Además, gestionamos la unidad de patología mamaria junto a Ginecología y Cirugía Plástica, y contamos con la única unidad acreditada de cirugía endocrina de Castilla y León para tiroides y suprarrenales.
¿Hasta qué punto se tiene en cuenta el objetivo de, además de curar, evitar ostomías?
Esto ha cambiado mucho. Antes el objetivo era curar el tumor; ahora también lo es preservar la calidad de vida. En rectos inferiores avanzados la ostomía es inevitable, pero siempre que se puede se evita. Todas las decisiones se toman en comités multidisciplinares, lo que permite ofrecer opciones más conservadoras cuando son seguras.
¿Cuándo dejó de ser tan cruenta la cirugía?
Hace unos 20 años, gracias a la laparoscopia. Hoy más del 85% de nuestras cirugías se realizan por vía mínimamente invasiva. La cirugía abierta queda para tumores voluminosos o casos muy complejos.
¿Cómo se estructura actualmente el servicio?
En cinco unidades funcionales: Cirugía endocrina y pared abdominal, Cirugía hepática, bilio-pancreática y trasplante de páncreas, Cirugía colorrectal, Cirugía esofagogástrica y bariátrica, y la Unidad de Patología Mamaria.
La gente aún confunde los servicios de Aparato Digestivo con el de Cirugía General y Digestivo.
Sí, es habitual. Podríamos resumir en que Digestivo no opera: realiza endoscopias, que cada vez resuelven más patología con mínima invasión. Nosotros nos encargamos del tratamiento quirúrgico. Hay áreas donde ambas especialidades se solapan y trabajamos muy coordinados.
¿Cuáles son las principales líneas de investigación en las que trabajan?
Cada unidad desarrolla las suyas. En colorrectal trabajamos en proyectos multicéntricos sobre cáncer en menores de 50 años y en estrategias para preservar órganos en pacientes que responden muy bien al tratamiento oncológico. En mama se investiga también la preservación del órgano. Hay líneas en patología funcional y seguimiento de complicaciones.
¿Es cierto que ahora aparecen más casos jóvenes de cáncer de colon?
Sí, por desgracia es cada vez más frecuente. El cribado ayuda a detectarlo, pero estamos viendo más tumores en menores de 50 años, tanto hereditarios como esporádicos. Las causas son multifactoriales: alimentación, estilo de vida, factores ambientales.
Cuando acuden a congresos internacionales y se codean con colegas americanos, ¿cómo es nuestro nivel?
Muy bueno. Podemos estar orgullosos. Los anglosajones publican más porque dominan el idioma y tienen estructuras privadas con mayor auditoría de datos, pero en nivel técnico no tenemos nada que envidiar.
¿Cree que ha tocado techo de rendimiento en el servicio?
Siempre hay margen:mejorar tiempos, estandarizar técnicas, reducir estancias con cirugía mínimamente invasiva… Todo eso permite aumentar la actividad sin necesidad de más quirófanos. Cuando antes operabas a un paciente ahora puedes hacer dos.
¿Qué porcentaje de cirugía ambulatoria realizan?
En los programas de tarde, alrededor del 70% de las intervenciones son ambulatorias. Por las mañanas depende más de la oncología, pero en procedimientos como hernias se llega al 90%.
¿Qué patologías operan con más frecuencia?
Tumores digestivos, hernias de pared abdominal, proctología (hemorroides, fisuras, fístulas) y patología biliar. Salamanca tiene una prevalencia alta de litiasis vesicular, probablemente relacionada con la dieta rica en grasas. Es un tema de estudio.
¿Cuánto se tarda hoy en operar una hernia, por ejemplo, respecto a hace 20 años?
Hoy, una hernia estándar dura entre una hora y hora y cuarto. Hace 20 años era casi el doble. La introducción de mallas y nuevas técnicas, y el gran avance en anestesia, han permitido que la cirugía sea mucho menos dolorosa y casi siempre ambulatoria. Antes se ingresaba varios días; ahora la recuperación es muy rápida.