Un quiosco 'sobre ruedas': «Es un sitio muy transitado y muchas personas aprovechan»
Los viajeros de la estación de buses, aprovechan el quiosco de Jonatán Alonso Gómez para comprar algo de prensa antes de sus viajes o mientras esperan
Pablo Torres
Salamanca
Lunes, 28 de julio 2025, 12:14
La estación de autobuses ha cambiado mucho en los últimos años: se ha modernizado, varios bares han abierto e incluso ahora existe un supermercado. Pero el quiosco la estación siempre ha estado ahí, ahora en manos de Jonatán Alonso Gómez, hijo del dueño original, Antonio. Su familia lo lleva desde 2015 y, pese al paso del tiempo y los miles de viajeros, el quiosco mantiene intacta su esencia.
Y es que Jonatán decidió mantener el negocio por motivación personal: «Siempre me gustó la idea de tener mi propio negocio, algo que pudiera gestionar de forma cercana» explica. Un lugar como la estación de buses, lo convertía en el escenario perfecto para los periódicos, las revistas y las gominolas. «La estación de autobuses es un sitio muy transitado. Muchas personas aprovechan y compran algo de lectura antes de viajar o mientras esperan».
Y aunque muchos no son optimistas con el futuro de la prensa en papel, Jonatán sigue contando con su clientela fija que sigue comprando el periódico cada día. «Sobre todo la gente mayor, pero es totalmente mentira que estos no compren prensa. Hay jóvenes que compran revistas específicas, como de moda, motor o toros», afirmaba.
A priori se puede pensar que un quiosquero solo vende periódicos y gominolas, aunque hace mucho más. Su jornada empieza temprano, cuando llegan los primeros repartos. «Recibo los paquetes, organizo el material, repongo lo que se va vendiendo y, por supuesto, atiendo al público. Siempre estoy pendiente de lo que necesita la gente». Y en los momentos de calma, hojea los periódicos. «Me gusta estar informado. Además, así tengo tema de conversación con los clientes», explicaba.
Y es que Jonatán no solo se centra en el ir y venir de la gente de la estación, si no que cuenta con muchas personas que tienen como costumbre ir a comprar el periódico a primera hora. «Con algunos tengo una relación muy cercana. No son clientes, son conocidos de toda la vida. Nos contamos nuestro día a día». Y no faltan las anécdotas. «Una vez una señora vino corriendo porque se le había escapado el gato. Lo encontramos escondido dentro del kiosco. Fue muy gracioso», contaba entre risas.
Pero ahora, Jonatán está de baja y no puede hacerse cargo del negocio, y son César Jiménez y Laura García quienes están al mando. Dos jóvenes que decidieron echar una mano para ayudar a un amigo, y ganaban algo de dinero. «Jonatán nunca se ha llamado jefe, es nuestro compañero y mentor», cuentan. La relación va más allá de lo laboral: «Desde el primer momento nos han tratado como de la familia», añaden. A pesar de los sacrificios de compaginar trabajo y juventud, «Si te toca turno de mañana, salir de fiesta se complica», dicen entre risas, el kiosco tiene un significado especial, la amistad.