¿Puede ser ‘Air’ la mejor película deportiva de la historia del cine? Descúbrelo en Cines Van Dyck

En los años 80, la multinacional deportiva Nike firmó con un universitario desconocido: un tal Michael Jordan. Fue una apuesta arriesgada de la compañía, que atravesaba un mal momento. Pero las zapatillas que crearon para él -las Air Jordan- no solo la salvaron de la quiebra, sino que se convirtieron en un icono de la cultura popular.

Air es el relato de cómo los ejecutivos (Matt Damon, Jason Bateman) convencieron a la familia de la futura estrella de la NBA, en particular a su madre, Deloris (Viola Davis). Aquel acuerdo marcó para siempre el deporte: el jugador consiguió un porcentaje de los derechos de las ventas, de modo que a partir de entonces los deportistas dejaron de ser peones de las empresas y reforzaron su estatus de ídolos de masas.

Detrás de la cámara se encuentra Ben Affleck (1972, California), actor irregular pero realizador más que interesante. Después de dos espléndidos thrillers como Adiós, pequeña, adiós y The Town, en 2013 alzaría tres Oscar con Argo, entre ellos Mejor Película.

Aquí vuelve a colaborar con su amigo del alma, Matt Damon. Inseparables desde que firmaron juntos El indomable Will Hunting en 1998, en Air ponen en marcha la nueva productora que han fundado, Artists Equity.

El guión -ágil, preciso, a caballo entre la comedia y la épica- salió de la prestigiosa Black List, que compila cada año los mejores libretos aún no producidos en Hollywood. Todo el suspense se apoya en las conversaciones de los personajes, cuyos diálogos afilados pueden recordar a Aaron Sorkin y David Mamet.

Affleck rueda con un pulso clásico, de tempo pausado, hoy cada vez menos frecuente. Con toda seguridad Air perdurará como una de las mejores películas sobre deporte, a la altura (o por encima) de Moneyball y de Jerry Maguire, con las cuales la comparan los críticos. Y la puedes ver en Cines Van Dyck.

• Temas
• Cine