Borrar
Cuatro jugadores analizan las pistas en un establecimiento salmantino. FOTOS: JAVIER CUESTA
Paseo por las ‘tripas’ de los juegos de escape en Salamanca

Paseo por las ‘tripas’ de los juegos de escape en Salamanca

Los Escape Room llegaron en 2015 a Salamanca y se han consolidado como la alternativa de ocio activo -y seguro- más atractiva para los ‘urbanitas’ que desean vivir emociones intensas

Martes, 25 de junio 2019, 19:24

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cambia la sociedad, cambian las profesiones, las costumbres y también cambian las actividades de ocio. Los nuevos usos sociales se reflejan en la búsqueda por parte del ciudadano de actividades con las que huir de la rutina diaria. El regreso a la naturaleza, con el senderismo, el deporte de aventura o, en otra línea, los juegos del estilo del “paint ball” o las divertidas gincanas herederas del programa de televisión japonés “El castillo de Takeshi” (conocido en España como “Humor amarillo”), fueron algunas de las fórmulas que han triunfado en mayor o menor medida. En la última década, una nueva oferta está extendiéndose como una exitosa fórmula de ocio activo urbano, en la que varias personas se prestan a encerrarse una sala ambientada de acuerdo a una temática con la misión de encontrar la salida en un plazo concreto -por regla general, una hora - atendiendo a las pistas que se encuentran y tomando decisiones que les lleven a dar con la ansiada llave.

Los orígenes de este juego se han situado en Japón, donde se atribuye a Takao Kato, de 35 años, guionista y director de cine anime, la creación en el año 2007 del primer Real Escape Game, adaptando a una situación real un videojuego existente. El juego se difundió con rapidez por el sudeste asiático, arraigó especialmente en Singapur y entró en EEUU por San Francisco y luego Seattle. En Europa, Budapest se convirtió en la capital europea de los Escape Room y de allí, con la características con las que los conocemos hoy en España, se expandió por toda Europa con gran éxito.

Precisamente una franquicia húngara los trajo a España, donde hoy existen actualmente cerca de 783 empresas y 1.192 juegos de escape, según la web especializada escaperoom.com. A Salamanca llegaron a finales de 2015 y hoy ya son numerosos los establecimientos que retan a los salmantinos a probar su ingenio, capacidad de razonamiento y sangre fría. “Nosotros fuimos los primeros, en noviembre de 2015”, cuenta Jesús Nieto, que regenta un establecimiento de Escape Room en el barrio del Oeste. “Yo diría que su éxito se debe a que es una actividad que es muy sana y divertida, que una vez terminado da para comentar con los amigos tomando unas cañas. El boca a boca hace que te pique el gusanillo y otros jugadores se animen”.

Vivir la aventura en primera persona. Esa es la clave. La ambientación del escenario es muy importante. Jesús Nieto ofrece dos salas: una de ellas recrea un piso franco en el Berlín de los años 70, en plena guerra fría: Los jugadores deben recuperar los documentos de un agente doble y huir antes de 60 minutos. En el otro juego, algo más complejo, se introducen en una cárcel donde han de ayudar a escapar a los hermanos Dalton. En las salas de escape el tiempo corre impasible y hay que estar muy atento a los detalles.

“¿Cual es el secreto del éxito de los Escape Room? Creo que no hay alternativas de ocio urbano activo. El que hay es pasivo: vas al cine, al teatro, a un concierto, te sientas y te lo dan hecho. Para un entretenimiento verdaderamente activo, te tienes que ir al campo a un paintball, una yincana... Yo creo que las Escape Room viene a sustituir a las salas de juegos recreativos, los ‘arcade’, que se han ido devaluando”. Así lo ve Roberto Barroso, otro de los pioneros de las salas de escapismo en Salamanca, donde dirige también desde 2015 un establecimiento en la calle San Justo. Al año siguiente este empresario salmantino inauguraba junto a la Gran Vía de Madrid el Escape Room más grande de España, con siete salas.

Roberto Barroso decidió abrir su establecimiento en Salamanca tras conocer por casualidad en Budapest lo que resultó una Escape Room habilitada dentro de una cervecería. “Allí hay muchísimas, están por todos lados. Viajo frecuentemente por trabajo a países de Europa del Este y pensé que era una oportunidad para traer este negocio a España”. Para este joven empresario, la salas de escape responden a la necesidad actual del ciudadano de tener la mente activa. ”Antes podrías plantearte estar toda una tarde sin hacer nada, pero esto hoy con los móviles y el resto de dispositivos es inviable. Tu mente te dice que tienes que estar siempre haciendo algo.”

Las salas del Escape Room de Roberto Barroso, situado en la calle San Justo, sumergen por su parte al visitante en otras dos historias de intriga y misterio propias del más clásico cine negro americano. En una hay que resolver el misterioso asesinato de un joven senador en una habitación con pistas que salpican a su madre y su compañero de partido mientras su desconsolada novia reclama justicia. En la otra, el mismísimo Sherlock Holmes ha sido detenido por la desaparición de la esposa de un parlamentario conservador. Londres teme la actuación de un asesino en serie. “La historia y la ambientación es para nosotros lo principal. Escapar es importante, pero aún más importante es el juego, creerte que estás ahí metido”, afirma Barroso.

LOS TEMAS

La variedad de temáticas que ofrecen las salas de Salamanca es múltiple. Vivir el mayor robo de la historia, exorcizar una habitación donde ocurren fenómenos extraños tras la misteriosa desaparición de una mujer y su hija, recuperar el medallón de la reina que ha robado el pirata Barba Verde, descubrir los secretos de los faraones saliendo de una cámara funeraria, desactivar un inminente atentado terrorista en Salamanca o sumergirse en los misterios de la siete cuevas mágicas de nuestra ciudad son algunas de las misiones que afrontan los jugadores que se adentran en las Escape Room salmantinas.

“Las historias son creaciones personales a partir de nuestros gustos. A nosotros nos gustan los temas históricos o los relacionados con películas ‘con tirón”, apunta Roberto Barroso. Por regla general, los Escape Room tratan de reproducir con fidelidad la ambientación de la historia escogida, y algunas de la salas pueden requerir un exhaustivo y minucioso trabajo en la localización de mobiliario y objetos de época. Para las ambientaciones de época, no es extraño que estos establecimientos de ocio lleguen a buscar en los mercadillos de antiguo las piezas adecuadas que encajen en su historia, ese armario o esa mesa de la casa de la abuela o esos libros y objetos antiguos que, con la adecuada puesta a punto, ayudarán al aventurero a ponerse en situación.

Aunque el mobiliario no es todo ni debe serlo. En ocasiones un enigma bien planteado no requiere de demasiada inversión. “No garantiza que guste más. Esto es un juego, y como tal, lo que cuenta es tu percepción. A menudo les aburre lo fácil y lo difícil les parece lo mejor del mundo. Cada cliente lo ve de una manera distinta”.

LOS USUARIOS

No hay un público específico para los Escape Room. de la misma manera que la oferta de salas anuncia retos para diferentes perfiles poblacionales y variadas exigencias. “Llegan tipos de gente muy heterogéneos”, apunta Jesús Nieto. “Desde pequeños que vienen a celebrar un cumpleaños, y hay que adaptarles un poco los juegos porque hay pruebas o pistas a las que no llegan o entramos a jugar con ellos, a las clásicas despedidas de soltero. Por aquí pasan grupos de amigos, familias, compañeros de trabajo, etc. Es un juego para todos los públicos”.

La paciencia, la observación, la capacidad deductiva y el trabajo en equipo son claves para resolver los enigmas. Pero unos y otros coinciden en que para dejarse encerrar en una sala y aspirar a encontrar la salida antes de una hora con las pistas que se encuentran no es necesaria ni la fuerza física ni tener un conocimiento enciclopédico. “Lo que sabes al llegar puede traicionarte. No hay que saber inglés, ni que Alemania perdió la II Guerra Mundial. Toda la información y los datos que necesitas deben estar ahí”, señala Roberto Barroso. “Hemos tenido niños de 12 años que lo han hecho mejor que los adultos. E incluso grupos de jubilados. Cuenta tu perspicacia, pero no hace falta ser un detective. Es mucho más fácil de lo que parece”.

Un encierro a cal y canto, aunque sea voluntario, obliga a tomar algunas precauciones. Los Escape Room cuentan con cámaras de seguridad que vigilan que todo vaya bien, intercomunicadores y un pulsador de emergencia, “un botón del pánico” para zanjar el juego al momento si alguien se siente indispuesto. “Se lo explicamos antes de entrar, y algunos han entrado con temor a sentir claustrofobia, pero luego no ha pasado nada”, señala Jesús Nieto.

LAS ‘VICTIMAS’

Amparo, Juan, María, Juansal y Mila sonríen aliviados. Son amigos y colegas de trabajo y acaban de abandonar con éxito la celda de los Dalton. Misión cumplida. “Llevamos cuatro experiencias y nos hemos hecho aficionados por completo”, dice Amparo. “Esta nos ha parecido de las más complicadas, pero nos ha encantado”, apunta Juan, quien apuesta por ir subiendo la dificultad: “cada vez somos más expertos” (ríe). Lo que está claro es que unos y otros ya quieren repetir. “Tenemos ya como tradición regalárnoslo por los cumpleaños y sin duda repetiremos. Así iremos conociendo más salas”.

El estreno reciente de una película y una obra de teatro refleja el éxito internacional de este reto lúdico ante el que nadie se queda indiferente. Más bien atrapado por un misterio y durante una larga y tensa hora.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios