Paisaje, comida y amigos: esta es la ruta motera de moda para disfrutar en Salamanca

La ciudad de Salamanca es una de las capitales de provincia mas visitadas tanto por turistas nacionales como extranjeros, pero la provincia no es tan conocida como debería. Son muchas las localidades que desprenden encanto en todo el panorama nacional y que llevan la bandera charra por toda la península. Uno de los ejemplos de turismo que es desconocido en Salamanca es el de los moteros.

En los días más inesperados de esta época estival se puede organizar una ruta en moto por la provincia en la que convivan tres elementos, como son un camino bonito, un buen lugar para comer y un grupo de amigos con los que salir a curvear.

Son muchas las opciones que elegir para darle gas a la moto, aunque también una gran opción es la de mezclar cultura con centímetros cúbicos. Una de las rutas que se puede hacer este verano empieza en Miróbriga, que no es uno de los mejores lugares para comenzar una ruta porque tiene tanto que visitar que si no hay rigor con el reloj se puede pasar allí toda la mañana.

La ruta inicia en la salida rumbo este por la SA-220, combinando cambios de rasante con una vegetación que va siendo más poblada según se acercan las motos al Parque Natural de las Batuecas, que aloja uno de los momentos cumbre de esta ruta, la Peña de Francia. A diferencia de otros puertos, la vegetación acompaña el camino hasta la cumbre, y, una vez que la ausencia del bosque permite ganar perspectiva, las vistas panorámicas son impresionantes. Ya en la cima no se debe dejar de visitar el mirador circular con las direcciones de los pueblos de la región.

Siguiendo la ruta, y todavía dentro del Parque Natural de las Batuecas, con lo que esto supone de bueno para la jornada, entramos en La Alberca. Es un pueblo digno de visitar y una de las posibles opciones de parada en la ruta por la cantidad de oferta rural que tiene. Parar en su Plaza, sus soportales y ambiente transportan a otro tiempo.

La ruta continúa en dirección a Béjar donde el panorama cambia por su proximidad a Gredos, lo mejor de esta parte de la ruta son las carreteras, ya que las curvas con un nivel intermedio de dificultad generan una sensación deportiva en la que hay que poner todos los sentidos en la carretera.

El camino de vuelta a la incomparable ciudad de Salamanca pasa por Guijuelo, cénit de las denominaciones de origen en la península en lo tocante a productos del cerdo. Parar a tomar una sin alcohol y unas tapas de media tarde, posiblemente la mejor recomendación de esta ruta. Desviarse de la E-803 para hacer parada en Alba de Tormes y contemplar su puente viejo antes de disfrutar las famosas terrazas de Salamanca en la cena.

Es una ruta corta en lo que se refiere a kilómetros pero muy extensa en contenido. La variedad es su nota predominante, desde catedrales a parques naturales, con mesetas y altos puertos en el camino.

Es una ruta bastante difícil de clasificar porque el recorrido varía bastante. Desde luego para la moto la mejor parte es la primera hasta la llegada a Béjar, repleta de carreteras reviradas y estrechas que tanto gustan a los moteros, dejando la segunda parte para un pilotaje más calmado. Sus 120 kilómetros se pueden alargar con variantes en el Parque Natural de las Batuecas que es uno de esos paraísos moteros pese a no cruzar ningún puerto, la belleza del entorno y sus curvas son más que suficientes.

La seguridad debe ser el aspecto primordial a tener en cuenta antes de iniciar la ruta, por lo que es conveniente revisar la moto antes de salir, comprobar los niveles de líquido de frenos y anticongelante y ruedas.

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