Ocho de cada diez casos de ahogamientos en ríos y pantanos se producen en espacios no vigilados
El joven de 14 años hallado sin vida en el río en Alba de Tormes eleva a cinco la cifra de víctimas en Salamanca
Aunque no existen zonas de baño autorizadas en la provincia de Salamanca, existe una tradición arraigada de bañarse en ríos, pantanos, embalses o pozas de agua. La falta de vigilancia y las condiciones peligrosas en estos cuerpos de agua le ha costado la vida a numerosos bañistas. El joven de 14 años hallado sin vida este martes, 24 de junio, tras desaparecer el domingo, día 22, mientras se bañaba en el río Tormes, a su paso por Alba de Tormes, eleva a cinco la cifra de ahogados en los espacios acuáticos de la provincia de Salamanca desde el año 2023 y el segundo en lo que va de año—el primero fue en enero—. Por su parte, en Castilla y León, 57 personas han perdido la vida en el agua entre 2023 y 2025, según los datos del Informe Nacional de Ahogamientos (INA) que elabora mensualmente la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS).
Hasta la fecha, las cifras de personas fallecidas en el agua, ponen de manifiesto una situación alarmante que ha convertido el pasado mes de mayo en el tercero peor en los últimos diez años respecto a los ahogados registrados (44 en toda España, cinco de ellos en la comunidad). 138 víctimas mortales en el acumulado anual en España. Desde enero, 13 personas han muerto por ahogamiento en Castilla y León, las mismas que fallecieron en todo 2022 y una menos que el total de 2020 (14). Cuatro más en estos cinco meses que en todo el año 2021 cuando se contabilizó la cifra más baja de los últimos seis años con 9 muertos. Según Alberto Retuerto, presidente de la Federación de Salvamento y Socorrismo de Castilla y León (FECLESS ), las cifras se repiten año tras año sin grandes variaciones, más allá de ligeros descensos puntuales como el registrado durante la pandemia. «Si observamos las estadísticas, se repiten. Lo único que pueden variar de una provincia a otra», señala Retuerto.
Según el experto, Castilla y León es, por desgracia, la comunidad de interior con mayor número de ahogados. Retuerto apunta a varios factores para explicar esta situación: la gran extensión de la región, el elevado número de espacios acuáticos y, sobre todo, la imprudencia y la falta de vigilancia: «Más del 80 % de los casos suceden en espacios no vigilados. Ahí está el problema», advierte. Uno de los puntos críticos es la existencia de zonas de baño habilitadas por la Junta de Castilla y León donde, aunque el agua es apta para el baño, no se exige la presencia de socorristas. «Ese es uno de los problemas. Tienes una zona en la que te puedes bañar porque el agua es apta, pero no tiene vigilancia ni control. Ni hay carteles diciendo que no hay socorrista, que se tenga precaución o que el baño es bajo responsabilidad... Si hay zonas sin socorrista, al menos avisar», reclama el presidente de la Federación.
En las piscinas públicas, la normativa sí obliga a la presencia continuada de socorristas, pero en ríos, embalses o zonas naturales no existe esa exigencia. «Hay otras en las que los vecinos han hecho uso de ellas a lo largo de los años, aunque no estén habilitadas para el baño. Eso es habitual. Por eso, las administraciones locales deberían concienciar a la población de los peligros que conlleva», subraya.
Retuerto también alerta de un fenómeno preocupante: cada vez hay más adolescentes, de entre 13 y 14 años, que no saben nadar: «Eso hace 20 años no sucedía. Tiene que haber más planes, más ayudas para que los niños y niñas intenten aprender, o concienciación educativa. Educación para que puedan aprender a nadar o autosalvamento, lo básico para que no se ahoguen», recomienda. El presidente de FECLESS apunta a cambios demográficos y a la inmigración como posibles causas de este aumento de menores que no dominan la natación por motivos culturales o económicos, aunque reconoce que es una percepción y que faltan datos concretos: «Quizá porque no tienen cultura de ir a la piscina y de aprender a nadar».
Los ahogamientos no solo ocurren en ríos o embalses. Los más pequeños, especialmente los menores de cuatro años, suelen sufrir accidentes en piscinas privadas, muchas veces por falta de medidas de seguridad y supervisión. «Por curiosidad se acercan a la piscina a la que pueden caer y se pueden asustar y ahogar», lamenta Retuerto. En el caso de los adolescentes y adultos, los incidentes se concentran en espacios no vigilados, donde las corrientes, pozas y cambios en el fondo del agua multiplican el riesgo de accidente.
Sin zonas de baño autorizadas por la Junta en toda la provincia
Salamanca continúa siendo la única provincia de Castilla y León sin zonas autorizadas para el baño. Así lo comunicaban las autoridades sanitarias de la Junta en el censo de zonas de baño para la temporada 2025 emitido en junio de este mismo año. Sin embargo, como en anteriores ocasiones, en el resto de la Comunidad se establecen más de una treintena de localizaciones permitidas. En el caso del municipio de Alba de Tormes, el área recreativa popularmente conocida como «Las Playas», junto al río Tormes, se encuentra correctamente señalizada con carteles que desaconsejan y prohíben el baño.
Los consejos
Bañarse acompañado
El presidente de la Federación de Salvamento y Socorrismo de Castilla y León, Alberto Retuerto aconseja bañarse siempre acompañado en los espacios acuáticos: «Es importante intentar ir con alguien que pueda dar un aviso de alarma o ayudar en caso de alerta».
«Dejarse llevar» en una corriente
Según el experto, si una corriente arrastra al bañista, recomienda «dejarse llevar e impulsarse desde el suelo, si es posible, así como salir a favor de la corriente y desplazarse en diagonal hacia la orilla, sin luchar contra la corriente. Aunque para ello hay que tener ciertas habilidades acuáticas».
Nunca a contracorriente
Tener templanza y nadar a favor de la corriente, nunca a contracorriente, e intentar desplazarte a nivel diagonal, no luchar recto hacia la salida: «Dejarse llevar y poco a poco ir acercándose a la orilla», apunta Retuerto.
Guardar la calma
La calma y las habilidades acuáticas son fundamentales para sobrevivir a este tipo de situaciones. «Aunque es complicado, hay que estar tranquilo y relajado en estos casos», añade.
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