Las nuevas 'víctimas' del VIH en Salamanca: extranjeros que no tienen tarjeta sanitaria
El Comité Antisida de Salamanca insiste en la importancia de la prevención ante la enfermedad
El Comité Antisida de Salamanca asegura que la solicitud de ayuda que más está recibiendo en los últimos años procede de «personas que se han infectado y no tienen tarjeta sanitaria».
Fuensanta Barbero, presidenta del Comité, habla de «migrantes que no tienen tarjeta sanitaria», o de «estudiantes extranjeros, que cuentan con un seguro médico privado desde su país, pero eso no les va a cubrir el tratamiento de esta enfermedad ni tampoco se pueden enviar fármacos por correo».
Barbero asegura que el tratamiento del VIH —cubierto por la Seguridad Social española— puede oscilar entre 500 y 600 euros al mes. «La marca más barata puede alcanzar los 600 euros al mes, para el que tenga la suerte de que solo sea una pastilla al día, porque hay gente que necesita más de una».
El Comité Antisida de Salamanca instaló una carpa informativa en la plaza del Liceo con motivo del 'Día Mundial de respuesta al VIH-Sida' para repetir el mensaje de que «indetectable es igual que intransmisible» y hacer campaña en defensa de una enfermedad que «todavía hoy está muy estigmatizada».
El miembro de la junta directiva, Carlos Rodrigo, apuntó que «la actual situación no tiene absolutamente nada que ver con la del siglo pasado». «Hasta el año 1995, la historia del Comité Antisida de Salamanca es una historia de muertos. No había semana que no tuviéramos funerales. Había tantos funerales que hasta teníamos que hacer turnos para acudir», recuerda.
El panorama actual es el de una enfermedad que, gracias a los medicamentos, permite llevar una vida normal, lo que también ha desembocado en «una pérdida de la sensación de riesgo». Carlos Rodrigo explica que «los últimos datos de casos nuevos confirman que en las personas heterosexuales hay un importante retraso en el diagnóstico porque tienen menos percepción de riesgo. Los hombres que tienen sexo con hombres son más conscientes del riesgo y suelen someterse a controles con cierta periodicidad, pero aquellos que tienen relaciones heterosexuales pueden estar infectados sin saberlo. Esta es una enfermedad que no da síntomas hasta que avanza a una fase SIDA».
El aumento de las infecciones de transmisión sexual y la persistencia del VIH mantienen la necesidad de reforzar la información y el diagnóstico precoz. En Salamanca, Cruz Roja desarrolla estos días acciones de sensibilización bajo el lema «Palabras que acompañan». La organización atiende cada año en la provincia a unas cuarenta personas con VIH, a través del proyecto «Atención integral a personas en situación de vulnerabilidad y sus familias». El programa incluye acompañamientos en trámites sanitarios, apoyo psicológico y social, visitas domiciliarias, prevención de conductas de riesgo y refuerzo de la adherencia terapéutica. Está financiado por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades y por los fondos del 0,7 por ciento del IRPF y del Impuesto de Sociedades.
Los datos publicados por la Consejería de Sanidad respecto al pasado año hablan de un total de nueve diagnósticos de VIH en la provincia de Salamanca. Supone un incremento respecto a los años anteriores que se atribuye a esa pérdida de la sensación de riesgo que hay entre la población, que ha dejado de tomar medidas de precaución como el preservativo. «Es cierto que la edad media de los nuevos diagnósticos está entre los 30 y 40 años, pero el pasado año tuvimos un caso de solo 21 años, y otro que ya tenía 62 años».
Carlos Rodrigo, directivo del Comité Antisida, indica que «la primera reacción cuando se informa a alguien de que ha contraído el VIH es quedara en shock y luego nos preguntan que si se van a morir». La respuesta suele ser tranquilizadora: «Hemos pasado de que un diagnóstico de VIH fuera una sentencia de muerte a que ahora tengas la misma cantidad y calidad de vida de una persona que no tenga el virus», concluyen.