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Una camarera atiende a sus clientes en una terraza de la ciudad. ARCHIVO
'Semáforos' en rojo para acabar con el ruido en las terrazas

'Semáforos' en rojo para acabar con el ruido en las terrazas

Proponen incluir 'jaleómetros' que indiquen el exceso de decibelios

Belén Hernández

Salamanca

Miércoles, 25 de septiembre 2024, 07:38

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«Jaleómetros» en las terrazas para evitar el exceso de ruido. La curiosa propuesta presentada a la modificación de las ordenanzas de terrazas pretende importar esta iniciativa que ya se propuso en Denia en 2016 para las calles del centro, en Málaga, en Elche, en Zaragoza y hasta en Palma de Mallorca, donde la sugerencia nació de la mano de las asociaciones de vecinos para determinar el nivel de ruido que generan los espacios exteriores de la hostelería.

Según fuentes municipales, el objetivo en el caso de Salamanca es que estos dispositivos, similares a semáforos, se pongan en rojo cuando se supere cierto nivel de ruido. 

Tendrían un efecto disuasorio entre los clientes de las terrazas para que bajaran el tono de voz. El concejal socialista, José María Collados, ya planteó una solución de este tipo para evitar molestias en los pisos turísticos.

«Sería una ayuda para que los usuarios autocontrolen sus emisiones, que avisara al dueño si se supera el límite, aunque no tuvieran consecuencias legales, pero lo cierto es que también podría tener el efecto contrario», confiesa el edil.

Esta es la propuesta más llamativa de las cinco presentadas en el periodo de consulta pública abierto por el Ayuntamiento de Salamanca previo al proceso de fusión de la normativa que afecta a las terrazas de la Plaza Mayor y calles Aledañas y la del resto de la ciudad.

Las propuestas han sido presentadas por asociaciones de vecinos y por particulares para reclamar que las mesas y las sillas ocupen menos espacio, reducir el horario y elevar la zona de paso de los peatones.

Durante 15 días el Consistorio ha recabado la opinión de los sujetos y de las organizaciones más representativas afectadas por ambas ordenanzas para incluir sus propuestas, aprovechando que la que afecta a la Plaza Mayor y las calles aledañas expira el próximo 31 de diciembre.

Si bien la ordenanza general no tiene caducidad, la que afecta al monumento tiene una vigencia bienal, lo que obliga a modificarla cada dos años.

Con la integración de la ordenanza de la Plaza en la general los cambios se podrán abordar por artículos, en vez del documento completo, por lo que el proceso será más sencillo.

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