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Dos años y medio. Un periodo de tiempo que puede resultar útil si se utiliza con provecho, como lo ha hecho el artista Florencio Maíllo. En 2020 el pintor serrano recibió el encargo del canónigo emérito Daniel Sánchez, en el le encomendaba realizar una obra pictórica de grandes dimensiones en el que el artista explora el tema de la creación y el misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesús. Debido a la importancia de la obra, no es de extrañar que el trasaltar de la Catedral Nueva de Salamanca haya sido el lugar elegido para que esta obra sea expuesta. Un ornamento que viste esta parte del templo y que a través de sus detalles evoca a la fe cristiana.
El cuadro, que lleva el título de «El pensamiento ante el Misterio de la Creación, Redención y Resurrección», fue presentado este martes y contó con la presencia del deán del Cabildo Catedral, Antonio Matilla, el antropólogo, Antonio Cea y el propio artista, Florencio Maíllo. Como contó Antonio Cea durante la presentación, en este trabajo se presentan tres escenas: en la parte superior, se representa al Padre Eterno y el Espíritu Santo entre nubes, con las leyendas «Ha muerto por cada uno de nosotros» a la derecha y «ha resucitado para daros la vida» a la izquierda. Sobre esta escena, un arco de medio punto simboliza la bóveda celeste. En la inferior, el Crucificado forma un calvario con las figuras de María y San Juan Evangelista, todo ello integrado en un paisaje que incluye en el horizonte a la Catedral de Salamanca y a la Casa de las Conchas. Maíllo incorpora en esta parte también saetas triangulares sangrantes aludiendo a la guerra en Ucrania que estalló en pleno proceso de creación de esta pintura, simbolizando las bombas de racimo utilizadas en el conflicto y trasmitiendo el dolor y la devastación que provocan.
La pintura se completa con la Resurrección, representada en el lado izquierdo, con un Jesús Resucitado rodeado de cirios pascuales con San Pedro, San Juan y María Magdalena a sus pies. Además, el artista incorpora también la imagen de «El Pensador», de Auguste Rodin, entre la Crucifixión y la Resurrección, invitando a reflexionar sobre la redención y los misterios de la fe cristiana.
Como apuntó también, el cuadro está lleno de detalles, muchos de ellos que referencian el origen serrano del pintor.
Por su parte, Florencio Maíllo mostró su agradecimiento diciendo que «este es un momento único en su vida». Además, destacó tres características esenciales que ha tenido presentes durante su proceso creativo: el compromiso, la responsabilidad y la fidelidad. «Compromiso tenía por el encargo que me había hecho Daniel. Me contactó tras ver una obra mía expuesta en el Casino y surgió este proyecto. No dejó de visitar el taller mientras trabajaba», explicó el artista, que afirmó que esta obra está especialmente dedica a Daniel Sánchez, fallecido en 2022. «La responsabilidad también ha estado presente por el hecho de ser consciente del lugar en el que se iba a exponer y la fidelidad por mostrar mi arte, mezclando la tradición con lo contemporáneo», concluyó.
Florencio Maíllo representa a través de su pincel y de su técnica una visión conjunta de la idea del misterio de la Creación, de la Redención y de la Resurrección, en la que no ha perdido su esencia y en la que representa la fe a través de su talento.
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