«Es necesario incluir hongos en la reforestación y evitar plantar árboles en tubos porque es una pérdida de dinero»
Sergio Pérez, biológo de la Universidad, pide que se tenga en cuenta a la ciencia para la regeneración y evitar incendios futuros
El profesor de la Facultad de Biología del departamento de Botánica y Fisiología Vegetal Sergio Pérez Gorjón subraya el papel clave de los hongos del suelo en la regeneración de los bosques tras los incendios en Castilla y León.
¿Qué mitos o ideas equivocadas sobre los incendios forestales habría que desmentir tras lo ocurrido en Castilla y León?
—Lo primero que haría sería desmentir todos estos mitos que están recorriendo las tertulias: que los incendios se apagan en invierno y que los montes hay que limpiarlos. Los bosques son ecosistemas vivos que necesitan tener su espacio de matorral, su estrato de pasto. En ambiente mediterráneo, algunos de ellos son espontáneos o provocados por las plantas que son pirófilas y que ellas mismas crean las condiciones para provocar los fuegos y que las semillas vuelvan a renacer. El problema es que en España el 90 % son provocados y solo una pequeña parte naturales. Debe quedar claro que un bosque no es un jardín.
¿Cuál debe ser la manera de actuar tras el paso de los incendios?
—Deben hacerse programas de reforestación más adecuados. Actualmente se usan especies que arden fácilmente como pinos o coníferas, a las que les gusta mucho el fuego. Si se sigue apostando por el pino, se repetirá. Debe optarse por bosques naturales como encinares o robledales.
¿Cómo se debe llevar a cabo?
—Las reforestaciones deberían de hacerse siguiendo las pautas naturales de regeneración del bosque. Se forma un pastizal, un matorral denso y ya van prosperando las especies arbóreas. Normalmente, cuando se hace una reforestación se ignora todo eso y se siembra el árbol ya grande en unos tubos verdes. Es un error porque es una pérdida de dinero y una pérdida de recursos porque están desnudos sin una protección de la comunidad de hongos.
¿Cuál es el papel de los hongos para la regeneración forestal?
—Sin intervención humana surgiría de forma natural. Pero podemos acentuarlo introduciendo especies de hongos micorrícicos. Estas especies fúngicas forman redes simbióticas con las raíces de árboles y otras plantas y son esenciales para la recuperación del suelo, la captación de nutrientes y el restablecimiento de la vegetación.
¿Son díficiles de localizar?
—Hay especies como los boletus, las amanitas o las rúsulas que son especies comestibles y además suponen un recurso micológico para ese bosque. Potenciando esas especies claves podemos llegar a regenerar de una manera adecuada el bosque. Esos árboles además son más resistentes a enfermedades y a incendios. Un incendio en un bosque sano es mucho menos agresivo.
Dentro de la gestión forestal, también habéis incorporado la importancia de los drones tanto en la prevención como el postincendio.
—Es necesario acudir a las nuevas tecnologías ya que con muy poco dinero se pueden obtener grandes resultados. Desde la incubadora AbioInnova, el doctor Gonzalo Romano ha planteado la integración de tecnologías de monitoreo ambiental mediante drones equipados con sensores multiespectrales, cámaras térmicas y sistemas LiDAR. Estas herramientas permiten obtener datos de alta resolución con un láser sobre la temperatura del suelo, cobertura vegetal, humedad y otros indicadores clave que pueden facilitar un diagnóstico rápido de las zonas más afectadas, su potencial de recuperación y cómo está funcionando la regeneración. Por ejemplo, podemos saber si es necesario corregir esos microorganismos.
¿Se puede aprender alguna lección de estos macro incendios?
—No es que los incendios se apaguen en invierno, sino con educación. Habrá que educar a las personas que los bosques son más importantes que un jardín de los que dependen la economía.
¿Volveremos a tener los mismos bosques que ahora son cenizas?
—Espero que no sean los mismos, porque si se regeneran con pinos van a volver a arder en 30 años. Deberíamos de dejar de reforestar con pinos y coníferas. Puede que el beneficio no sea tan inmediato, pero sí el posterior con bosques que dan todos los productos del hongo, conservan la biodiversidad, promueven el turismo y previenen incendios. Nos van a ofrecer muchos más beneficios.