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25 personas se quitaron la vida de manera voluntaria en Salamanca en 2023, una cifra que llega hasta las 293 en la última década. Solo en el primer semestre del año, el Teléfono de la Esperanza de Salamanca recibió 1.540 peticiones de ayuda; en 163 de ellas la soledad y la incomunicación se presentaban como problema de fondo, mientras en 32 de los casos existía un riesgo de conducta suicida. Sumando las distintas sedes de Castilla y León son 7.251 peticiones de ayuda; 822 relacionadas con soledad y 130 referidas a conducta suicida. A nivel estatal, esta cifra asciende a 91.108 peticiones de ayuda, siendo 10.273 (11%) las referidas a soledad y más de 3.000 en las que existía ideación suicida, crisis suicida o un acto en curso. «Las reivindicaciones que hacemos son más campañas de sensibilización y formación a profesionales y personas que trabajen en ámbitos educativos, laborales y comunitarios con jóvenes y adultos para que sean capaces de detectar señales de riesgo y actuar de manera rápida y efectiva, primeros auxilios psicológicos que también son una herramienta clave, así como campañas en colegios e institutos», expresa la psicóloga de Salud Mental Salamanca (AFEMC), María Hernández.
Cifras silenciosas que no dejan de sumar víctimas por el camino y que, todavía, sigue siendo un tema tabú. Bajo la palabra 'suicidio', están las muertes que muchas familias camuflan y de las que apenas nadie habla. Son muertes silenciadas que, en su día, se dieron por problemas no resueltos y que han dejado a familias, amigos y comunidades destrozadas. Las recomendaciones que lanza la profesional a una familia que se enfrenta a un caso de intento de suicidio son: escuchar, validar y no juzgar. «Necesitamos hablar del suicidio desde una perspectiva preventiva y de esperanza. Lo importante es estar, ayudar, validar la emoción de la persona, acompañarle, no juzgar y contactar con un profesional. Hay que hacerle ver que existen otras alternativas aunque piense que no hay más salida».
Coincidiendo con el Día Mundial para la Prevención del Suicidio—10 de septiembre—, el decano del Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León, Jaime Gutiérrez, recuerda que «las personas que se suicidan no quieren morir, sino dejar de sufrir», e incide en que es «fundamental conocer las señales de alerta de riesgo de conducta suicida para poder intervenir a tiempo».
Según el último estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) en Castilla y León se registraron 194 suicidios en 2023, el 72% de ellos de hombres y el 28%, de mujeres. En España la cifra llega hasta los 3.952 y los expertos estiman que los intentos fallidos alcanzan los 8.000 casos. A pesar de la visibilidad que se ha logrado en los últimos años, las cifras de decesos se mantienen casi intactas desde hace una década.
Por edades, el tramo de 50 a 59 años es en el que más casos registró en la comunidad en el último año, con un total de 40, seguido del de 70 a 79 años, entre los que se produjeron 33 decesos por suicidio. En todas las franjas de edad se contabilizaron casos, salvo en la de menores de 15 años, en la que no hubo ninguno, y en todas ellas se dieron con mayor frecuencia en hombres que en mujeres. «Estudios revelan que se trata de la principal causa de muerte en los jóvenes de entre 15 y 29 años, es un dato muy alarmante», según María Hernández que añade que los grupos más vulnerables son los adolescentes, los jóvenes adultos y las personas mayores de 70 años: «Así como las personas con problemas de salud mental, enfermedades mentales como depresión, trastornos por sustancias...».
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