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Edmor José Oviedo, en su quiosco. LAYA
«Cada mañana se reúne un grupo de vecinos en el quiosco y tienen una tertulia»
GENTE DE PRENSA

«Cada mañana se reúne un grupo de vecinos en el quiosco y tienen una tertulia»

Edmor José Oviedo llegó de Venezuela hace cinco años y, en 2021, adquirió por traspaso un quiosco de la avenida Campoamor: «Hemos colaborado ya en quince baby showers»

María Regadera

Salamanca

Domingo, 20 de abril 2025, 11:32

El venezolano Edmor José Oviedo Arias llegó a Salamanca hace cinco años. Al año siguiente, en julio de 2021, decidió adquirir por traspaso un quiosco de la avenida Campoamor. Desde entonces su vida ha cambiado radicalmente, se dedica a un oficio que le llena e innova para ofrecer los mejores servicios a sus clientes. La venta de revistas, pan, prensa y golosinas son su día a día, pero cada vez es más conocido en el barrio por dar rienda suelta a su lado más creativo. Se ha especializado en realizar mesas dulces para cumpleaños (candy bar) y fiestas de bienvenida de recién nacidos (baby showers).

«Por costumbre, al venezolano le gusta mucho emprender», asegura el quiosquero. Confiesa que alguno de sus familiares vive del comercio de productos de electrónica o bebidas, pero él es el primero en regentar un quiosco. Está muy agradecido a los clientes del barrio que le han acogido con los brazos abiertos desde su primer día de trabajo. «Mis clientes son excelentes vecinos y he sido muy bien recibido en el barrio, todavía conservo algunos de los dueños anteriores. También he hecho muchos nuevos», manifiesta. Junto a su mujer, el quiosquero consigue crecer cada día en su negocio. También es muy activo en redes sociales, donde da difusión a sus trabajos en los diferentes cumpleaños infantiles y eventos. «Ya hemos colaborado en quince baby showers», asegura.

Considera que una buena atención, responsabilidad, empatía y comprensión son las claves para tener éxito en trabajos de cara al público. «Lo más gratificante es la satisfacción que siento por prestar un buen servicio. Cada mañana, se junta un grupo de vecinos en el quiosco para recoger el pan y la prensa y tienen una tertulia sobre los temas más actuales», confiesa. Sin embargo, los inicios en el negocio fueron un poco complicados para la pareja. «Tienes que empaparte de la cultura del país y conocer a tus clientes. Ahora me sé los nombres de la gran mayoría, incluso se preocupan por nosotros».

El perfil de los clientes que llegan al negocio es muy variado. La cercanía de varios colegios permite que se llene de familias y niños cada tarde, mientras que durante las mañanas acuden vecinos de edad avanzada. «Volvería a emprender en este tipo de negocio sin duda. También animo a las personas jóvenes a hacerlo. A pesar de que es difícil por la situación socioeconómica que afronta España, considero que es una buena base para proyectar un futuro», explica el quiosquero.

El venezolano aspira a adquirir otros negocios próximamente. «Es una pena que los negocios de barrio desaparezcan, ya que son una parte fundamental de la familia que forman los vecinos. Es el tú a tú, es la confianza y saber qué quieren, es conocer a las personas. Me parece algo muy bonito», reconoce.

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