Maleta, hotel y diálisis: así van de vacaciones los enfermos renales
Alcer Salamanca ayuda a los pacientes a organizar su tratamiento en las ciudades en las que veranean
Los pacientes dializados conviven con la 'condena' de tener que acudir al hospital un día sí y un día no para someterse al tratamiento. Una condena que les 'ata', no solo a las máquinas de diálisis, sino también a sus ciudades. En cambio, cada vez van siendo más los enfermos renales que se atreven a viajar y disfrutar el verano a pesar de su patología.
¿Cómo puede hacer un paciente dializado para viajar? Sometiéndose a diálisis, pero en su destino de vacaciones. «Generalmente lo gestionamos directamente desde Alcer. Los pacientes nos dicen la ciudad a la que pensaban viajar y llamamos a los 'alceres' de esas ciudades, a los hospitales o a los centros de diálisis», explica Margarita Delgado, secretaria de Alcer Salamanca.
Son tareas que obligan a actuar con mucha antelación porque la disponibilidad de puestos de diálisis es limitada. «A veces empezamos en enero y febrero para viajes previstos en agosto. Mandamos informes médicos, fechas de estancia… Si los hospitales tienen plazas no hay problema y si van a estar lleno lo hacemos con centros privados de diálisis, pero el paciente no tiene que pagar nada porque lo cubre la sanidad de su comunidad autónoma, lo cual es de agradecer porque las sesiones de diálisis son caras».
Alcer Salamanca puso en marcha el programa 'Respiro Vacacional', que anima a los pacientes a salir de vacaciones para desconectar de su rutina de enfermos. «En octubre nos vamos a Gandía con pacientes dializados. Es gente mayor que, al ver que están acompañados por nosotros, se sienten más seguros y animados a salir de vacaciones», explica Marga Delgado, que celebra: «Cuando salen de vacaciones la gente vuelve como nueva. ¿Qué es un rollo acudir a la diálisis? Pues sí, pero hemos comprobado que cambian de aire y les viene muy bien».
A la inversa, el Hospital de Salamanca también recibe a pacientes dializados de otras provincias y comunidades, aunque los especialistas del Complejo apuntan que el flujo casi siempre es «hacia la costa», mientras que los casos en Salamanca son muy pocos: «Menos de una decena en todo el verano». «En las zonas de playa hay muchísimos centros de diálisis privados. En Castilla y León son muchos menos. En Salamanca, por ejemplo, hay en Ciudad Rodrigo y en Béjar, que vienen bien para las zonas rurales sin tener que desplazarse a la ciudad. Por supuesto, los pacientes que viajan reciben el tratamiento igual que en sus ciudades, pero si tienen alguna medicación extra la deben llevar desde su hospital de referencia», explica la nefróloga Pilar Fraile.