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El macabro placer de ver (a otros) morir

Después de quince años de silencio, regresa 'Destino final'. En Van Dyck también se estrenan tres perlas de autor, 'Jane Austen arruinó mi vida', 'Tras el verano' y 'Lo que queda de ti'

La Gaceta

Salamanca

Viernes, 16 de mayo 2025, 16:33

Algunas de las sagas de terror más populares de los 90 y principios de los 2000 vuelven con savia nueva tras unos cuantos años en barbecho. Primero fue Scream, dentro de poco se avecina el reboot (relanzamiento) de Sé lo que hicisteis el último verano, y ahora es el turno de Destino final. Su anterior entrega, la quinta, data de 2011, pero este fin de semana aterriza en las salas de Van Dyck Tormes Lazos de sangre, sexto episodio de esa franquicia en la que la muerte nunca deja descansar a los protagonistas. Pero a la cartelera de los cines salmantinos también llegan otras propuestas independientes, para un público amante del cine europeo de personajes y emociones: la deliciosa comedia francesa Jane Austen arruinó mi vida y dos dramas españoles con los que debutan dos prometedoras directoras. Yolanda Centeno firma Tras el verano, con Juan Diego Botto y Alexandra Jiménez, y Gala Gracia entrega Lo que queda de ti, con Ángela Cervantes y Laia Manzanares.

Década y media más tarde, regresa la franquicia de terror que más se ensaña con sus personajes (y que más cómplice hace al espectador). Ya desde el origen en el aeropuerto, con Devon Sawa y aquel vuelo a París, Destino final juega con nuestras expectativas. Porque aquí todos mueren siempre, uno a uno, en accidentes extraños, de lo más imaginativo. Y mientras, nosotros intentamos anticiparlos, pero lo que al final termina sucediendo es más macabro. Más bestial. Más divertido. En Lazos de sangre, la maldición persigue a una familia completa desde los años 60, cuando la abuela esquivó su fatídico destino gracias a una premonición. Ninguno de sus herederos debería existir. Por eso ahora a su nieta la acechan pesadillas muy violentas; huele de cerca el peligro. A esta suma de horror y humor negro hay que añadir un elemento de nostalgia, no solo por los guiños autorreferenciales, sino por la despedida del fallecido actor Tony Todd, conocido por encarnar al mítico Candyman y, aquí, al famoso forense, presente en todas las entregas de la serie.

Hace tiempo que no se ruedan comedias como las de antes. La realizadora y guionista debutante Laura Piani adora las de Richard Curtis (Notting Hill, Cuatro bodas y un funeral), y toma el testigo en la adorable Jane Austen arruinó mi vida, tan francesa como británica. Sigue los pasos de una librera de París (carismática Camille Rutherford) que sueña con ser escritora. Empieza novelas, pero nunca las remata. Y con los hombres le sucede parecido. Por eso prefiere refugiarse en los libros de otros. Indecisa en el amor, se deja querer por su mejor amigo (Pablo Pauly) hasta que le conceden una beca en una residencia literaria en la campiña inglesa. Y allí conoce a un descendiente de su autora predilecta, Jane Austen (Charlie Anson). Eso sí: más allá del triángulo romántico, el guión esquiva los tópicos del género y se centra en una protagonista en busca de sí misma y de su creatividad, siempre hostigada por el síndrome de la impostora.

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