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El patio de la Casa de las Conchas y la parte alta de la Clerecía. FOTOS: ALMEIDA
Los secretos de la Casa de las Conchas

Los secretos de la Casa de las Conchas

El magnífico patio de esta joya del patrimonio salmantino de los siglos XV y XVI se visita gratis y con facilidad, permitiendo observar la perspectiva de la parte alta del edificio de la Clerecía

Sábado, 8 de enero 2022, 20:01

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La magnífica Casa de las Conchas, convertida en biblioteca pública, atrae a infinidad de visitantes que acceden gratis a su soberbio patio interior. Como escribe Julián Álvarez Villar, la galería alta es, sin duda, uno de los elementos más logrados del edificio por su originalidad y armonía, al unir el agradable juego dorado de la arenisca con el blanco de las columnas.

Recomienda el fallecido profesor en el libro “Patios y claustros salmantinos”, editado por LA GACETA, observar la perspectiva que ofrece la parte alta de la Clerecía, para percibir “toda su belleza y detalle, preferentemente con el sol de la mañana, que permite ver el relieve de la Venida del Espíritu Santo”.

En la parte alta del patio, las enjutas se decoran con escudos con apellidos de los linajes unidos de Maldonado y Pimentel, salvo en los ángulos que son todos de Maldonado y rematados con el yelmo. Sobre la cornisa, una crestería de flores de lis que se recorta contra el cielo, escribe el profesor en “Patios y claustros salmantinos” , recuerda que estamos en una mansión de Maldonado. En esta galería superior, las columnas son de mármol de Carrara.

Joya del patrimonio salmantino y edificio más representativo del gótico civil español, la Casa de las Conchas fue mandada construir en 1493 por el doctor Rodrigo Arias Maldonado de Talavera, caballero de la Orden de Santiago, profesor de la Universidad y Regidor de Salamanca. Este soberbio edificio fue una realidad en 1512.

Residencia para nobles desde su inauguración, en 1967 pasó a manos municipales. Su propietario, el conde de Santa Coloma, Enrique de Queralt y Gil Delgado, firmó un convenio de cesión al Ayuntamiento —siendo alcalde Alberto Navarro— por 99 años y al precio simbólico de una peseta-oro anual. Tres años después, el Ayuntamiento arrendó el inmueble al Ministerio de Cultura con el compromiso de que afronte su restauración y lo dotara de un uso público.

Tras no pocas vicisitudes, el Ministerio de Cultura afrontó en 1988 las obras de restauración del deteriorado edificio para su conversión en biblioteca pública. La rehabilitación, dirigida por los arquitectos Víctor López Cotelo y Carlos Puente, finalizó en enero de 1993 y en noviembre de ese mismo año se inauguró como biblioteca, función que cumple actualmente.

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