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El recibo, con fecha de 7 de agosto de 1936.
Las 5.000 pesetas de Unamuno para el bando de Franco en 1936

Las 5.000 pesetas de Unamuno para el bando de Franco en 1936

Francisco Blanco Prieto publica en su nuevo libro el recibo hallado entre los documentos de la Casa-Museo de Salamanca, buscado durante décadas

Martes, 9 de noviembre 2021, 11:59

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Los investigadores habían buscado durante años el recibo con la aportación de Miguel de Unamuno al bando franquista al inicio de la Guerra Civil. Francisco Blanco Prieto lo incluye en su último libro, dando cuenta de las 5.000 pesetas aportadas en agosto de 1936, certificando la cifra que se publicó en la prensa salmantina de la época.

“Lo habíamos buscado insistentemente. Yo había viajado al Banco de Bilbao en Madrid (que más tarde se fusionó con el Vizcaya y Argentaria), pero se habían perdido los archivos”, explica el autor de “Miguel de Unamuno. Mitos y Leyendas”, un volumen editado por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y de Saberes”. El recibo apareció en la Casa-Museo Unamuno de Salamanca, “donde están haciendo una labor extraordinaria para catalogar mucha documentación”.

Francisco Blanco Prieto, presidente de la Asociación de Amigos de Unamuno en Salamanca, recuerda que había una aportación obligatoria a la causa “nacional” de todos los funcionarios civiles y militares, según el decreto publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Defensa Nacional de 30 de agosto de 1936, que en el caso de Unamuno sería un día de nómina o las 39,7 pesetas de las 1.193,92 pesetas mensuales que recibía como rector de la Universidad.

Esa aportación de 5.000 pesetas no fue espontánea, sino que entraron en juego variables como su seguridad, la de su familia, la de sus hijos. Tenía miedo. Tampoco significa el apoyo a la causa militar, de la que se había alejado desde el 19 de julio cuando se informa del Tiro en la Plaza”, uno de los episodios con varios muertos del inicio de la Guerra Civil en Salamanca, sostiene Francisco Blanco Prieto.

“El desafecto de Unamuno con los rebeldes”, prosigue el autor del nuevo libro, “no se produce el 12 de octubre en el acto del Paraninfo. El 12 de octubre se produce la expresión exterior de todo el dolor y de la represión que venía acumulando en los meses anteriores”.

Francisco Blanco Prieto apunta que, siendo concejal y rector, “Unamuno no participó en ninguna de las actividades, festejos, homenajes y manifestaciones que hubo en ese tiempo en Salamanca. Si no asistió, fue por algo”, subraya.

El autor de “Miguel de Unamuno. Mitos y leyendas” recuerda, al hilo de la donación de las 5.000 pesetas, que, aunque era una aportación muy cuantiosa, “no dar dinero o bienes materiales para la causa, implicaba una desafección y podía tener consecuencias muy graves. Era una aportación voluntaria, pero no era voluntaria en el contexto de la represión que había en Salamanca”, indica Francisco Blanco Prieto, que recuerda detenciones y los fusilamientos de amigos de Unamuno como Casto Prieto, Atilano Coco o Salvador Vila.

“Unamuno”, apunta Francisco Blanco Prieto, “no murió fusilado, pero sí a causa de la Guerra Civil. Sufrió un derrumbamiento vital y llegó a replantearse toda su obra. Todo lo que había escrito pierde sentido para él por el dolor, la brutalidad, la angustia y el sinsentido que vivió antes del 12 de octubre. Y a partir del 12 de octubre de 1936 su derrumbamiento fue total, recluido en su casa con capacidad para salir pero vigilado por un policía. Entonces entregó toda su biblioteca al rector Madruga a través de su hija Felisa”.

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