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Con el curso a punto de llegar a su fin, la consejera de Educación, Rocío Lucas, ofrece un balance sobre lo realizado este año y apunta algunos de los retos más inmediatos.
Estamos en la recta final del curso. ¿Qué balance se puede hacer?
—La verdad es que estamos ya a punto de terminar el curso 2024-25 y lo que se puede hacer es un balance positivo, un balance bastante positivo.
¿Qué logros destacaría?
—Es un curso en el que hemos culminado la implantación completa del ciclo de cero a tres años, que era —y es— un compromiso del presidente Mañueco con la educación. Y ha sido todo un éxito de acogida por parte de las familias: más de 22.000 familias en Castilla y León y cerca de 6.000 alumnos en Salamanca. Por tanto, la acogida ha sido muy positiva y esto también demuestra que, desde los cero hasta los 16 años, la educación en nuestra comunidad autónoma es gratuita. Eso es un logro importante. También podemos hacer un balance muy positivo de la Formación Profesional. Dijimos que esta iba a ser la legislatura de la FP y lo estamos cumpliendo, ya que hemos dado un gran impulso al número de ciclos implantados, muy vinculados al tejido productivo de cada zona. Y seguimos incorporando nuevos ciclos: 51 para el próximo curso, de los cuales siete estarán en Salamanca.
¿Se puede considerar que la FP es la enseñanza del futuro, especialmente ahora con la apuesta por la FP dual?
—La FP es un itinerario formativo importante, que debe combinarse con otras enseñanzas, como el Bachillerato, que también lo es. Antes no existía la FP como un itinerario formativo definido. La FP es necesaria, pero también lo son otras vías. Desde la Consejería seguiremos apostando por la FP, ya que es una opción de presente y de futuro. Pero también lo son el Bachillerato y los grados universitarios.
¿Alguna otra medida que quiera destacar?
—Hemos implantado también la gratuidad del transporte para los alumnos de Bachillerato, lo que permite que los estudiantes del medio rural puedan continuar su formación. Igualmente, se han implementado actividades extraescolares en el entorno rural. Por tanto, este curso culminan todos los programas y actuaciones que habíamos previsto en el sistema educativo, como ya reflejaba el informe PISA, donde Castilla y León aparecía como referente en el ámbito educativo. Podemos concluir que, en este curso, hemos seguido apostando por una educación de calidad, a través de las propuestas y programas implementados.
¿Y cuáles son ahora mismo los desafíos a los que se enfrenta la educación en Castilla y León?
—La educación está en constante evolución; es algo vivo, por lo que hay que estar siempre muy atentos. No podemos caer en la autocomplacencia ni en el conformismo por lo que ya funciona. Ante los nuevos retos, debemos centrarnos en seguir mejorando la calidad del sistema educativo y en cómo las tecnologías pueden contribuir a ello. Eso sí, siempre manteniendo un equilibrio entre lo tradicional y lo innovador. Nuestros principales objetivos son aumentar los índices de titulación, reducir la tasa de fracaso escolar y el abandono educativo temprano. En los últimos años, hemos mejorado notablemente esta tasa gracias al programa de éxito educativo. Si algo caracteriza al sistema educativo de Castilla y León es la importancia que damos a nuestros profesores y a su formación continua: contamos con el doble de horas de formación que la media nacional.
¿Qué novedades se preparan para el próximo curso?
—Creo que todavía es pronto para hablar de novedades concretas, porque el sistema educativo de nuestra comunidad está ya muy avanzado, en comparación con otras comunidades autónomas. Prácticamente tenemos cubiertas todas las necesidades y demandas esenciales para que el sistema siga siendo un referente nacional y para que nuestros alumnos estén entre los mejor formados, con las mejores oportunidades de futuro. Por eso, ahora mismo estamos analizando qué aspectos podemos seguir mejorando.
Después de dar a conocer la oferta pública, ¿cuándo se presentarán las novedades de FP para la enseñanza concertada?
—Esos datos van ligados a todas las unidades concertadas, no solo a las de FP, sino también a las de educación especial y a las de Secundaria. Siempre se publican un poco más tarde, pero estarán disponibles antes del inicio del proceso de matrícula, que en FP está fijado para el 10 de junio. Hemos mantenido el mismo criterio que en cursos anteriores.
¿Y hay una fecha concreta para presentar todo ese paquete de la concertada?
—Sí, durante estos días los centros concertados conocerán cuál será su situación. Como siempre, hacemos una apuesta firme por la educación especial, algo que también queremos destacar dentro del ámbito de la enseñanza concertada.
Volviendo a la escuela rural, cada año se cierran más aulas. En el caso concreto de Salamanca, siete de cada diez localidades no tienen escuela. ¿Cómo se puede revertir esta situación?
—Desde el sistema educativo, lo que hacemos es atender al alumno. Y realizamos un gran esfuerzo para que, si hay una localidad con tres niños, se mantenga la escuela abierta. Actualmente, tenemos 38 unidades en Castilla y León con tres o cuatro alumnos. Esto supone un esfuerzo importante, pues somos de las pocas comunidades que mantienen estas escuelas abiertas, dando oportunidades a las familias que quieren seguir viviendo en su localidad o a aquellas que deseen mudarse a un entorno rural, asegurándoles una educación con la misma calidad y servicios que en el ámbito urbano. El sistema educativo hace todo lo posible para facilitar esas oportunidades, aunque luego hay circunstancias personales, ajenas al sistema, que influyen en la decisión de las familias sobre dónde escolarizar a sus hijos.
¿La Consejería ha hecho ya los cálculos para el próximo curso? ¿Peligra alguna escuela o unidad en Salamanca?
—Ahora mismo estamos en el periodo de matriculación, así que aventurarse a decir cómo quedará todo sería precipitado. Lo sabremos más adelante. Esperamos que no haya ningún cierre y que se mantengan prácticamente las mismas unidades que tenemos ahora. A nivel autonómico, siempre hay alguna variación, pero se irá analizando.
Lo que sí parece claro es que la educación rural funciona. El pasado curso, los tres institutos con mejores notas en la EBAU fueron rurales, entre ellos el IES de Babilafuente, en Salamanca. ¿Qué demuestra esto?
—Siempre hemos defendido que nuestro sistema educativo es muy equitativo, porque ofrece buenos resultados tanto en el ámbito rural como en el urbano. La educación en el medio rural requiere un mayor esfuerzo presupuestario, por supuesto, pero los alumnos tienen los mismos derechos y deben recibir las mismas respuestas. En algunos casos, incluso se refuerza la atención porque los alumnos son más dispersos o pertenecen a distintas etapas educativas, pero la calidad debe ser la misma que en el entorno urbano.
A raíz de los datos del informe PISA, ¿se puede decir que Castilla y León imparte hoy la mejor educación de España?
—Si nos fijamos en el informe PISA, lo cierto es que somos los primeros de España en las tres competencias evaluadas, y estamos entre los mejores del mundo. En este éxito, el papel de los profesores es clave, pero también lo es la implicación de las familias.
¿Hay alguna medida especial que se pueda implantar para mantener o incluso mejorar estos resultados?
—Todas las medidas que implantamos cada curso tienen como objetivo no solo mantener, sino mejorar. Todo lo que incorporamos al sistema busca consolidar lo que está funcionando bien, tanto para los alumnos como para los profesores.
Hablando del profesorado, ¿cómo van las negociaciones para el incremento salarial?
—Estamos manteniendo reuniones. Por ahora, son reuniones internas dentro de la propia Consejería. Ya se ha producido un incremento de retribuciones a través de la carrera docente, lo que sitúa la media salarial de nuestros profesores en línea con la media nacional. Y eso, sumado a otras condiciones como la ratio o el horario, nos coloca por encima de la media. Aun así, seguimos analizando posibles mejoras.
¿Qué se puede hacer para combatir el acoso escolar, un tema tan delicado?
—Desde la Administración estamos muy pendientes, ya que es un tema que nos preocupa a toda la comunidad educativa. Para detectar y prevenir estas situaciones, estamos reforzando la figura de los orientadores y de los coordinadores de convivencia. También damos mucha importancia a las medidas preventivas y correctoras, como la mediación, y a la implicación de las familias a través de medidas socioeducativas. Gracias a todo esto, Castilla y León tiene índices de acoso inferiores a la media, y seguimos trabajando para erradicarlo. En el último Observatorio de la Convivencia, en Salamanca se registraron seis casos, que tuvieron su correspondiente sanción. Pero lo importante es que el protocolo de actuación funciona muy bien: en cuanto se detecta un caso, se activa de inmediato y se aplican las medidas preventivas necesarias.
¿Y cómo se puede hacer frente al ciberacoso?
—Aunque hablamos principalmente del acoso en las aulas, también educamos a los alumnos para que sean respetuosos fuera de ellas y usen las redes de forma sana y responsable. Por eso es tan importante educarles en tecnología, cuando así lo determine el profesor, para que aprendan a protegerse también a sí mismos frente a situaciones como la suplantación de identidad o los riesgos en internet. Eso también forma parte de la educación.
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