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La Semana Santa ha traído a Salamanca no solo procesiones y visitantes, sino también una preocupación creciente entre los compradores habituales del Mercado Central: los huevos escasean y su precio no deja de subir. En apenas dos semanas, el coste ha aumentado más de 50 céntimos, y la previsión no es optimista. «Pides una caja y te sirven media», comenta Agustín, uno de sus carniceros, reflejando una realidad que se extiende por todos los estands. Y es que la falta de suministro ha convertido a este producto esencial en un pequeño lujo para muchos hogares, justo en unos días donde la cocina tradicional cobra especial protagonismo.
Esta situación ha eclipsado otras variaciones que, aunque relevantes, se perciben como más asumibles. En las fruterías, por ejemplo, la tendencia general ha sido a la baja: la sandía nacional ha llegado más barata, el calabacín y las judías han bajado de precio y la nueva cosecha de cebollas ha empezado a desplazar a la vieja, que ya da señales de agotamiento. En cambio, el pescado ha notado los efectos del temporal en zonas como Irlanda, encareciendo productos como la merluza, el gallo o el lenguado.
Aun así, el Mercado ha mantenido en los últimos días su vitalidad. Los puestos han estado llenos, los vendedores no han parado y los consumidores han seguido buscando lo mejor dentro de lo posible.
En el ámbito cárnico, no se han registrado cambios en los precios de la ternera, del cerdo, del cordero, del pollo o de los embutidos. Sin embargo, los huevos han subido de forma continuada: hace 15 días subieron 40 céntimos, y esta semana han subido otros 15 céntimos más debido a la escasez en el suministro. «Pides una caja y te sirven media», explica Agustín, carnicero. En cuanto a las ventas, destacan dos productos: las salchichas y el chorizo fresco, muy utilizado en platos tradicionales como el cocido o para asar y freír.
La llegada de productos nacionales a las fruterías marca el inicio de una ligera bajada en los precios. Es el caso de la sandía rayada sin pepita, que ha reducido su precio en 40 céntimos, situándose ahora en 2,68 euros el kilo. El calabacín también presenta un precio más bajo, en torno a 1,80 euros el kilo, y la judía verde ha experimentado una bajada significativa de 1 euro, situándose ahora en 3,98 euros el kilo (antes 4,98 euros el kilo).
En contraste, la mandarina ha subido ligeramente, unos 30 céntimos, debido al final de su temporada. Las fresas, que la semana pasada habían bajado, han retomado una tendencia al alza esta semana. Se sitúan en 4,98 euros el kilo, aunque se destaca que parte del incremento se debe a que se trata de una variedad «global», algo más cara pero también más apreciada.
Otros productos que debutan en estas fechas son la patata nueva de Málaga, a 1,80 euros el kilo, y la cebolla nueva, que empieza a desplazar a la cebolla vieja (la cual presenta problemas de conservación). El precio de la cebolla nueva es 1,88 euros el kilo, apenas 40 céntimos más que la vieja, pero con mucha mejor calidad.
La verdura ecológica de huerta también ha tenido buena salida entre los compradores, quienes, según cuenta una vendedora, «repiten porque les gusta mucho».
En los puestos de pescado, el panorama es más complicado. Algunos productos han subido debido a los temporales que han afectado la actividad pesquera en zonas como Irlanda. La merluza de 5 kilogramos ha pasado de 19,90 euros a 21,90 euros, el lenguado ha subido de 34,95 euros a 39,95 euros, y el gallo de filete ha pasado de 19,90 euros a 22,95 euros. En cambio, el salmón ha bajado, pasando de 18,90 euros a 15,90 euros.
Uno de los productos estrella en esta época ha sido el bacalao salado, así como las almejas, que han registrado una gran demanda. La alta demanda en Cuaresma explica este repunte.
Entre los artículos más caros del Mercado esta semana, destaca el kiwi de oro, cuyo precio se ha disparado hasta los 11 euros el kilo. Esto se debe a que se ha agotado el producto de la marca Cespri y aún no ha comenzado la campaña del kiwi de Nueva Zelanda. Mientras tanto, lo que ha llegado al Mercado es el kiwi griego, de menor demanda por su alto coste.
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