«Cualquier incendio tiene posibilidad de combate, directamente o de forma indirecta. No hace falta tirar la toalla»
«Hay desigualdad entre regiones en cuanto a medios»
José Ramón Peribáñez ha participado en los incendios de Castilla y León en su doble condición de doctor ingeniero de Montes y bombero. Es un defensor de la aplicación de la Inteligencia Artificial a los incendios forestales porque pueden mitigar las consecuencias que producen.
¿Qué está pasando?
—Estamos ante un cúmulo de circunstancias: la disposición de medios humanos y técnicos, acompañado por la situación meteorológica y estas son las consecuencias.
¿No hay suficientes medios?
—Son mejorables. Por ejemplo, en lo que respecta a los bomberos hay diferencias entre unas autonomías y otras y en algunas son escasos. Se tendrían que establecer unas dotaciones mínimas y que fueran las mismas para toda España y en todas las administraciones.
Después de una primavera lluviosa y un verano seco y con altas temperaturas, ¿podrían haberse prevenido los incendios o son un fenómeno imprevisible?
—Se puede prever el factor humano. No nos olvidemos que la mayor causa de incendios es el factor humano, tanto por negligencia como por intencionalidad. Las consecuencias están ahí y hay que intentar atacar también lo que es la ignición. Se está hablando ahora de endurecer las condenas y de tomar una serie de medidas y lo que es una realidad es que las condenas por sentencias judiciales son muy pocas y el monte está ahí y desde hace unos años tiene unas condiciones de mayor o menor riesgo, pero realmente para que el incendio se produzca es necesaria una ignición y en España la causa está clara: más del 90 % o 95 % tiene que ver con el factor humano.
¿Falta prevención y medios para combatir los incendios o no hay manera de controlarlos, como ha dicho Margarita Robles?
—Los incendios tienen una mayor o menor dificultad. En lo que no estamos de acuerdo es en que se utilicen expresiones como que están fuera de la capacidad de extinción o que son de sexta generación, porque cercenan el debate crítico posterior. Cualquier incendio tiene posibilidad de combate, directamente o de forma indirecta. Pero no hace falta tirar la toalla y decir que están fuera de la capacidad de extinción, porque dan a entender que estamos ante un castigo divino ante el que no pudiéramos hacer nada y, sobre todo, cercenan el debate técnico de juicio crítico posterior de qué es lo que está fallando para que podamos mejorar.
¿Cómo se puede aplicar la Inteligencia Artificial en la extinción de incendios?
—Mucho, tanto en el combate directo, como en las estrategias o en las labores de planificación. Tenemos, por ejemplo, en cuestión de robótica muchos aparatos que están surgiendo basados en la mimetización con elementos de la naturaleza. Tenemos aeronaves, aviones no tripulados que funcionan como enjambres colaborativos que permiten dirigir los medios hacia una zona específica del incendio. También ayudan en labores de teledetección, fundamentalmente en lo que se refiere a la localización inmediata de los incendios y luego también en el ámbito sanitario. Es un desarrollo que va a dar bastante de sí y hay que estar esperanzados.