«Va a ser imposible que haya un papa tan cercano como Francisco. Siempre me preguntaba por mi abuela»

A Mateo González, corresponsal en Roma de 'Vida Nueva' en fechas especiales como la Semana Santa le pilló completamente de forma inesperada el fallecimiento del papa Francisco. «Fue una sorpresa total porque ninguno de los que le vimos en Semana Santa pensamos que fuese a ser tan inminente como pasó».

El periodista se formó en Salamanca y permaneció en la ciudad durante ocho años donde estudió en Comunicación de la Universidad Pontificia, estuvo en los Salesianos y fue becario de este periódico. «En las celebraciones le vimos muy bien, especialmente el Domingo de Resurrección cuando dio una vuelta en el papamóvil. Era una señal de esperanza porque además él quería guardar fuerzas para la canonización del adolescente Carlo Acutis que estaba prevista para el segundo Domingo de Pascua».

El sacerdote salesiano ha podido compartir muchos momentos con el sumo pontífice. «En persona, es como se ve en público» y pone como ejemplo cómo fue su primer acto con él. «Era un acto con niños y nada más bajarse del autobús uno de ellos dijo que tenía hambre. Entonces, el papa dijo que dejaran los discursos y se fueran a comer una pizza todos».

Durante tres días pudo tener un contacto más directo cuando estuvieron en la Casa Santa Marta. Precisamente, destaca de Francisco un carácter que permitía «generar un espacio de confianza a su alrededor, así como la libertad con la que hablaba y la capacidad de información que tenía sobre todos los países con presencia de la Iglesia, aunque fueran pequeños».

«Yo estuve bromeando con él de que tampoco tenía tanto mérito lo suyo porque mi abuela tenía un año más que él y seguía trabajando y se río. Desde entonces cada vez que me veía me preguntaba por ella». En este sentido, reconoce la gran memoria que tenía para recordar nombres: «Cuando veía algún superior salesiano mío le decía tened cuidado que es periodista por lo que es peligroso», bromeaba.

De su experiencia , reconoce que «va a ser imposible que haya un papa tan cercano como Francisco». «Fue capaz de plasmar una personalidad muy especial que ya tenía y ser capaz de mantenerse centrado entre tanta polarización, algo que va a ser uno de los principales retos del siguiente papa que salga del cónclave».

González reconoce la dificultad que entraña el cónclave que se celebrará en las próximas semanas y lo califica como el «más complicado» debido al «gran número de nacionalidades y de sensibilidades».

«Se habla mucho estos días que ha elegido al 80 % de cardenales, pero eso no tiene que ver con que sean afines o de su cuerda porque hay de muchos que no se sabe lo que piensan solo su nacionalidad y están alejados de los círculos de poder vaticanos ya que en esos puntos nunca antes habían existido cardenales». De hecho, huye de dar ningún nombre entre los favoritos y se muestra partidario de que el papa que salga «va a estar fuera de todas las quinielas». «Sería necesario una apuesta múltiple con muchas variables para acertar», bromea.

El salesiano acaba de enviar a imprenta un libro de anécdotas y curiosidades sobre los cónclaves que se publicará próximamente. «Una de las más llamativas es el cónclave tras la muerte de Clemente IV que duró varios por los bloqueos existentes entre las diferentes facciones de poder y finalmente se les fue reduciendo la comida y hasta se les llegó a quitar el techo para que estuvieran a merced del calor y el frío». Resulta que además en ese caso no se eligió a ningún cardenal presente en el cónclave sino que finalmente se optó por el nombramiento de Gregorio X que estaba combatiendo en las cruzadas. «Desde ese cónclave se reformó el proceso de elección y se adoptaron las normas posteriores como el encierro bajo llave, que no tuvieran lujos», recuerda.

En el libro también ahondará en anécdotas tan variopintas como la elección de un papa con tan solo 11 años como fue Benedicto IX. «Es un tema en el que hay muchas anécdotas, pero que siempre nos llegan de forma indirecta porque todo lo que se habla dentro es súper secreto», reconoce.

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