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El Hospital de Salamanca ya ha empezado a prescribir el nuevo fármaco -aprobado hace apenas unas semanas- que reduce drásticamente el nivel de colesterol en aquellas personas que recientemente han sufrido una enfermedad vascular ateroesclerótica (EVA) como los infartos, ictus o enfermedad arterial periférica.
El principio activo es el Inclisirán y durante los ensayos clínicos fue apodado como 'la vacuna del colesterol', aunque los especialistas no han parado de repetir que el nombre induce a una equivocación: «No es una vacuna, porque no previene nada. Llamarlo vacuna puede hacer creer que si te lo tomas, luego tienes la capacidad de comer lo que te dé la gana porque no te va a subir el colesterol y no es así. Este fármaco es un complemento a la medicación habitual frente al colesterol, que hay que seguir tomándola, pero es cierto que potencia considerablemente el efecto».
El cardiólogo del Hospital de Salamanca Armando Oterino detalla que «en teoría, este producto reduce un 50% el nivel del colesterol LDL, pero lo que se está comprobando en la práctica es que lo reduce aún más. Bajan todos los niveles, pero sobre todo el LDL, también conocido como colesterol malo y que es el que nos interesa controlar en estos pacientes».
Los especialistas recuerdan que los límites del nivel de colesterol son muy diferentes dependiendo de si se han sufrido accidentes cardiovasculares. Lo que para una persona es un nivel más que aceptable, para otra puede ser peligroso. «El colesterol LDL es peligroso cuando está por encima de 55 en personas que ya hayan sufrido un infarto», detallan.
Salamanca incluyó a numerosos pacientes en el ensayo clínico de este producto, pero la gran novedad es que ya no depende de acceder a un ensayo, sino que ha sido aprobado a nivel nacional, por lo que ahora cada comunidad autónoma decide cuándo añadirlo.
Castilla y León lo ha incorporado hace menos de un mes y el Hospital de Salamanca ya está recetándolo a varios pacientes. «Son fármacos de dispensación hospitalaria. No se venden en farmacias aún. Lo hemos empezado a poner en nuestros pacientes y de momento todo son buenas noticias», informa Oterino.
Este tratamiento tiene una ventaja añadida y es que los plazos para su administración facilitan el seguimiento de los pacientes. «Inicialmente se pincha a los tres meses y después ya son dosis cada seis meses. Esto nos permite hacer visitas al paciente cada medio año para controlarle todos los factores de riesgo, cerciorarnos de que sigue tomando la medicación, que el colesterol está controlado… Es una buena estrategia de continuidad asistencial», detalla el cardiólogo.
La importancia de este tipo de productos radica en que, tradicinalmente, las enfermedades cardiovasculares eran la primera causa de muerte en España y el descontrol del colesterol es uno de los grandes desencadenantes.
Durante el pasado 2023, las muertes por enfermedades del sistema circulatorio descendieron un 5,3% respecto a 2022, situándose como segunda causa más frecuente de muerte en el país, con un 26,5% del total. El primer puesto de este infame ranking lo ocuparon los tumores.
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