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El servicio de Neurocirugía de Salamanca ha puesto en marcha una novedosa técnica quirúrgica que consiste en operar la columna vertebral por la parte delantera del cuerpo, en lugar de hacerlo por la espalda.
Tradicionalmente, al abordar la columna, siempre se ha intervenido a través de la espalda. Sin embargo, existen diversos inconvenientes que han motivado a los especialistas a «darle una vuelta» a estas cirugías y plantear alternativas.
El jefe de Neurocirugía del Hospital de Salamanca, Daniel Pascual, explica: «Cuando abres por la espalda y quieres llegar al disco intervertebral, que es fuente de problemas degenerativos, te topas con muchos elementos nerviosos: raíces, la médula espinal si vas más arriba… Tienes que destruir hueso, forzar tejido nervioso o empujarlo a un lado, con los riesgos que eso conlleva. Ante tantos problemas, a alguien se le ocurrió: ¿por qué no intentarlo por delante?, porque, en el fondo, la columna está casi en el centro del cuerpo».
Esta nueva técnica todavía no está generalizada a nivel nacional —posiblemente, en Castilla y León solo se realiza en Salamanca—, pero desde hace medio año se ha empezado a aplicar en el hospital, que ya acumula cerca de una docena de pacientes operados de manera satisfactoria.
«Por el momento la estamos utilizando en operaciones de columna degenerativa, que es lo más frecuente aquí, pero también se podría emplear frente a infecciones, fracturas, deformidades, escoliosis, etc.», enumera el jefe de Neurocirugía.
Pascual resuelve una duda lógica de cualquier paciente al que se le plantee esta opción: ¿Y no hay más obstáculos en la parte delantera del cuerpo? «La verdad es que no, porque los intestinos y los órganos que hay en la cavidad abdominal están envueltos en una especie de funda que se llama peritoneo. Esta funda es fácil de separar de la pared abdominal, por lo que se puede desplazar un poco hacia delante y, una vez apartada, en apenas diez centímetros ya has llegado a la columna vertebral».
Las ventajas de este abordaje tienen que ver con los riesgos —son menores— y con la recuperación, que es más rápida y menos dolorosa. «Hay que elegir bien los casos, porque hay personas con anatomías más o menos favorables en función de dónde estén los grandes vasos sanguíneos». Daniel Pascual cree que «la mayor ventaja es no tener que intervenir a través del músculo posterior. La cirugía clásica abre mucho el músculo de la espalda, quita huesos, aparta tejidos… demasiada destrucción por el camino. Por el abdomen, menos destrucción es menos dolor postoperatorio, y así se recuperan más rápido».
La clave que está haciendo factibles estas cirugías es el neuronavegador. «Este dispositivo te ofrece la ventaja de localizar dónde estás en todo momento. En lugar de utilizar rayos X continuamente, haces un escáner antes de la cirugía, se le asignan unos puntos al sistema y, a partir de esa imagen, el sistema la extrapola y te permite saber tu ubicación en cada momento. Nos está permitiendo realizar operaciones que antes eran impensables, como colocar tornillos pediculares cervicales de apenas 3 milímetros de diámetro. Y lo hacemos con máxima precisión».
El neuronavegador actúa como un «GPS» anatómico. Se utiliza, sobre todo, para implantes en la columna vertebral (por ejemplo, los tornillos de las fijaciones), pero también puede emplearse en cirugías de estimulación cerebral profunda, como la cirugía del Parkinson, donde se implantan electrodos intracerebrales.
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