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Los participantes de la cata prueban de las jarras con agua del grifo y de botella. LAYA
¿Hay diferencia entre el agua del grifo y la embotellada? Esto piensan los salmantinos

¿Hay diferencia entre el agua del grifo y la embotellada? Esto piensan los salmantinos

En Salamanca el agua tiene “muy buena calidad, viene de la Sierra de Gredos”, explica el Gerente del Servicio de Aguas de Salamanca, Javier Rodríguez.

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Viernes, 24 de marzo 2023

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“¿Sabría decir en una cata a ciegas qué agua es del grifo y cuál es embotellada?”. Algo que puede parecer evidente, en Salamanca no lo es tanto atendiendo a las respuestas de los 162 participantes que pasaron durante la primera hora y media por el expositor que instaló Aqualia en la calle Toro, la adjudicataria del servicio de aguas de la ciudad. Amparo coge el vaso de la jarra “A”. Bebe, saborea y paladea. Sorbe del vaso de la jarra “B” y repite la operación. No lo tiene claro. “La A es la del grifo, tiene un saborcillo igual que la de casa mientras que la de la botella es más insípida”. La azafata le dice al oído que ha acertado y le entrega una botella de cristal en agradecimiento por participar, pero para Wenceslao no es tan fácil. “La B es la del grifo y tengo que decir que me gusta más”, sostiene el hombre. “¿Entonces he acertado o no?”, pregunta después Marisa, que había apostado por que la “A” es la del grifo. “Hay diferencia, pero muy poca”, insiste. Y es que en Salamanca el agua tiene “muy buena calidad, viene de la Sierra de Gredos”, explica el Gerente del Servicio de Aguas de Salamanca, Javier Rodríguez.

Subraya que detrás del gesto de abrir el grifo y que salga agua tan buena hay una plantilla de 110 personas en Salamanca con un coste de 1,39 euros el metro cúbico, es decir, 1.000 litros, “lo que cuesta una garrafa pero sin el daño colateral de no cuidar el medio ambiente, porque apenas genera residuos y tiene una huella de carbono muy baja. Es mil veces más barata”, insistió Rodríguez, en el propio stand mientras continuaba la cola para participar en la cata a ciegas. “La B es la del grifo”, sostiene María José muy segura. “Lo sé porque sabe igual que la que tomo en casa, que considero que es buena”, insiste la mujer aunque no ha acertado. Lo mismo le pasa a Aurelia. “No he acertado. Acostumbro a beber el agua de casa y no he notado la diferencia”. Rocío también se quedó perpleja: “Me gustó más la del grifo y yo siempre bebo embotellada”, confesó ya con su botella de cristal debajo del brazo.

La curiosa actividad se desarrolló en el marco de la celebración del Día Mundial del Agua y contó con la presencia de la concejala de Medio Ambiente, Myriam Rodríguez. La edil abundó en la importancia de concienciar para evitar el derroche de un bien tan preciado y recordó el esfuerzo del Consistorio para llevar a cabo una gestión activa de las presiones del agua. “Con ella hemos logrado ahorrar 10 millones de metros cúbicos, lo que equivale al consumo de un año de una ciudad con cerca de 100.000 habitantes. Seguimos en la carrera para mejorar el uso del agua y estamos orgullosos de la calidad de la nuestra, de la que podemos presumir”.

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