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Hacienda se forra con los salmantinos: 'gana' medio millón por retrasar sus pagos

Hacienda se forra con los salmantinos: 'gana' medio millón por retrasar sus pagos

Un cambio de doctrina del Supremo obliga al contribuyente a tributar por los intereses de demora que le paga el Estado • Sumará más de 450.000 euros a la recaudación de récord por IRPF con la que Hacienda cerró 2022 en la provincia

Lunes, 8 de mayo 2023

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Después de cerrar el pasado ejercicio como año récord en recaudación por IRPF con más de 332 millones de euros ingresados de los contribuyentes de Salamanca, las arcas estatales esperan elevar aún más la cifra durante la actual campaña de la Renta con otros 16 millones más. Las previsiones de la Agencia Tributaria pasan por que su delegación en esta provincia ingrese tres millones más y devuelva cuatro menos que hace un año. En definitiva, confía en obtener siete millones más que en la campaña de 2021. A ello contribuirá el cambio de doctrina del Tribunal Supremo, gracias al cual Hacienda hará caja incluso por retrasarse en sus pagos o devoluciones. Sacará beneficio hasta de pagar tarde. Conforme a una sentencia del pasado 13 de enero, los contribuyentes que cobraron intereses de demora de la Administración del Estado tendrán también que tributar por ello. En Salamanca, supondrá casi medio millón de euros más para las arcas del Estado.

«Los intereses de demora abonados por la Agencia Tributaria al efectuar una devolución de ingresos indebidos se encuentran sujetos y no exentos del impuesto sobre la renta, constituyendo una ganancia patrimonial que constituye renta general». Es la conclusión del fallo que emitió el Supremo el pasado enero. Contradice por completo la posición adoptada por el alto tribunal dos año antes. En diciembre de 2020 consideró que, «cuando se devuelven al contribuyente unos intereses soportados por él mismo indebidamente, compensándolos, no existe tal ganancia patrimonial, sino que se produce un reequilibrio, anulando la pérdida antes sufrida».

Y ese cambio radical de doctrina implica ahora que, hasta cuando el Estado compense al contribuyente por abonarle deudas con retraso, Hacienda se quedará con una parte del dinero. Recuperará cerca de un 30% de la cuantía a la que asciendan el total de intereses de demora, según apuntan fuentes de gestorías consultadas por este periódico. Conforme a los últimos datos publicados por la Agencia Tributaria, en Salamanca se habrían abonado a los contribuyentes el pasado ejercicio más de 1,5 millones de euros en concepto de intereses de demora, lo que conllevaría más de 450.000 euros de recaudación extra en concepto de IRPF en esta provincia.

Ante el cambio de doctrina del Tribunal Supremo resulta, por tanto, importante que a la hora de presentar la declaración de la Renta correspondiente a 2022 los contribuyentes que hayan cobrado intereses de demora de la Administración del Estado comprueben que los han incluido y tributen por ellos. La duda que puede quedar ahora es si, conforme a la sentencia del pasado enero, la Agencia Tributaria revisará las declaraciones de ejercicios anteriores para reclamar a los contribuyentes la parte correspondiente a los intereses cobrados antes de 2022.

Si 2022 superó todos los récords de recaudación estatal en la provincia de Salamanca gracias principalmente a los mayores ingresos por IRPF e IVA, este año ha comenzado con cifras aún superiores. Conforme a los datos que acaba de publicar la Agencia Tributaria, entre enero y marzo la delegación provincial ingresó más de 165,2 millones de euros. En el primer trimestre del pasado año fueron 140,3. Así, las arcas del Estado habría recibido de los contribuyentes salmantinos casi 25 millones de euros más que en el mismo periodo de 2022, un 17,7% más.

25 M€ más que el pasado año

La inflación es la principal causante de esta subida tributaria oculta. No se trata solo de que con el ascenso de los precios, la recaudación en términos absolutos a través del IVA ascienda; sino que también la actualización de los salarios y pensiones que se acometido a lo largo de los pasados meses ha disparado los ingresos estatales por IRPF. El aumento de retribuciones para evitar la perdida de poder adquisitivo ha hecho que muchos trabajadores pasen a estar en un tramo de renta superior con lo que están obligados a contribuir a las arcas estatales en un porcentaje superior.

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